CON MUCHA CARA / «El retrato es un género que conlleva un desafío» / «Hay mucha competencia entre pintores» / «Cobro en función de los precios del mercado» / «Si me han elegido políticos de derechas y de izquierdas, puedo pensar que, sobre todo, se fijan en mi pintura» / «El Rey está muy acostumbrado a posar y no hay que decirle nada» / «Todo buen cuadro es abstracto»
Reconoce que le gusta más retratar que ser retratado. Tímido y haciendo siempre gala de su buen sentido del humor, tira de carcajada a la mínima oportunidad. «Es que no me gusta estar en los papeles». Lo suyo es el pincel. Por su estudio han pasado políticos, empresarios, miembros de la Familia Real, escritores... Todos han querido quedar inmortalizados por él. Con seis años cogió por primera vez una paleta. Empezó a estudiar Medicina, pero pronto se dio cuenta de que lo suyo era la pintura. Con la agenda repleta de encargos -en hacer un retrato tarda unos dos años-, ahora es el Museo Thyssen-Bornemisza, que acoge la muestra El Retrato en el siglo de Picasso, el que ha llamado a su puerta para que participe en una charla sobre el género.
Pregunta.- Nombre de conquistador, ¿hace honor?
Respuesta.- No (risas). Bueno, si la conquista es en la pintura, puede que sí. De hecho, el retrato es un género que conlleva un desafío. Lograr un retrato redondo es un reto.
P.- ¿Qué define un rostro?
R.- Todo. La mirada es fundamental, pero no se pueden olvidar los surcos que la vida va dejando en la cara. Se puede observar en la gente de edad cómo sobrellevan las vivencias.
P.- El retrato vuelve a estar en auge...
R.- Es cierto. Ahora es el Thyssen, pero antes estuvo el retrato español en el Prado. Vivimos un momento en el que se empieza a mirar sobre el retrato. En el siglo XX, la crítica no le prestó suficiente atención.
P.- ¿Hay mucha competencia en el mundo del retrato?
R.- En general, hay mucha competencia entre pintores. Con los retratistas podría ocurrir lo mismo, pero no abundan. Hay más demanda que pintores que sepan cubrirla.
P.- ¿Cobra en función de quien posa o de quien encarga?
R.- Cobro en función de los precios del mercado. La variedad de formatos y tamaños es grande y los precios dependen de ello. No cobro a una persona más que a otra ni a una institución más que a otra. No sería serio.
P.- ¿Se negaría a pintar a alguien?
R.- Muy difícilmente, pero podría pasar si es una persona que me fuera muy ingrata. Aun así, creo que el pintor de retrato no debe dejarse llevar por simpatías o antipatías.
P.- Pero para que políticos de derecha e izquierda confíen en usted, ¡debe tener mucho arte!
R.- (Risas). Siempre he procurado pintar a personas de distintos estamentos sociales y credos políticos. Si me han elegido políticos de derechas y de izquierdas, puedo pensar que, sobre todo, se fijan en mi pintura.
P.- ¿Cómo posa el Rey? ¿Se atreve a regañarle si se mueve?
R.- El Rey está muy acostumbrado a posar y no hay que decirle nada. Además, colabora constantemente, es de las personas que más fácil lo ponen.
P.- ¿Obliga a apagar el móvil a los banqueros?
R.- Normalmente, los banqueros apagan el móvil cuando entran en el estudio o cuando la ocasión lo requiere.
P.- Hace un tiempo pintó a Esperanza Aguirre... Cuente alguna anécdota.
R.- (Risas) Anécdotas, pocas. Le hice un boceto que no le gustó, pero cuando el boceto se llevó al cuadro quedó contenta. Tuvo paciencia.
P.- ¿Alguien le ha pedido quitarse algo de volumen en el cuadro?
R.- (Risas) No. Hoy la idea de libertad artística está tan cuajada en las personas que encargan una obra que esas instrucciones no se dan. Suelo ser yo el que pido que den su opinión.
P.- ¿A quién le gustaría pintar?
R.- A un buen cómico en su vejez, porque una persona que se ha dedicado tanto tiempo a la risa debe tener una mirada maravillosa.
P.- ¿No le parece que promueve el narcisismo?
R.- Evidentemente, pero la imagen plástica que tenemos de los hombres en la Historia ha sido dada por los retratos que se han hecho. El amor propio y la vanidad acompañan al hombre.
P.- ¿Alguna vez le han pedido la hoja de reclamaciones?
R.- Hace algunos años, en alguna ocasión, pero muy pocas veces.
P.- ¿Quién no pinta nada?
R.- El que se las quiere dar de listillo.
P.- ¿Colocaría un cuadro abstracto?
R.- Sí, claro. En mis comienzos hice pintura abstracta. De hecho, creo que todo buen cuadro es abstracto.
P.- ¿Qué piensa cuando pasea por Arco?
R.- Me informo, aunque creo que la pintura es el arte del silencio y eso encaja mal en una feria.
P.- ¿Por qué ese miedo escénico a las entrevistas?
R.- El pintor está acostumbrado a la soledad del estudio, a sus matices, a tener todo controlado. Cuando leo una entrevista mía, casi nunca me encuentro en ella.
RETRATO
Origen. Cádiz, 7 de junio de 1953. Currículo. Empezó la carrera de Medicina, aunque lo que le llamaba era la pintura. Se licenció en Bellas Artes por la Facultad de San Fernando de Madrid. Su forma de entender el retrato pasa por el gusto por la forma humana y los grandes planos abstractos. Siempre huyendo del «retrato de salón». La Universidad de Nueva York y el Centro Cultural Conde Duque ya han aplaudido su obra. Aficiones. «La música, pasear, la buena mesa y la amistad». Debilidades. «Demasiadas, casi ninguna confesable». Virtudes. «Perseverancia y sentido del humor». Defectos. «La soberbia».