La pálida muerte llama con el mismo pie a las chozas de los pobres que a los palacios de los reyes (Horacio)
MUNDO
LA BOMBA PUEDE ESTAR EN CUALQUIER SITIO.
La creciente ola de atentados en Bagdad ha obligado a las fuerzas de seguridad a extremar los controles. En Ciudad Sadr, barrio controlado por los chiíes, los soldados ya no se fían de nada ni de nadie. La bomba de un terrorista suicida puede estar escondida entre unos tomates, adosada al cuerpo de cualquiera o transportada en una motocicleta. La pasada semana, 1.000 personas murieron en el país, muchas de ellas víctimas de atentados suicidas.