España se alineará hoy, de nuevo, con el núcleo duro de la Unión Europea, integrado por Francia, Italia y Alemania, y resistirá, como ya lo hiciera a finales de noviembre en la Cumbre de Riga, a las insistentes demandas de EEUU y del propio secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, para que aumente su contribución militar en Afganistán.
A cambio, el Gobierno español, que ejerce como anfitrión de la reunión informal de ministros de Defensa de la OTAN, que se celebra hoy y mañana en Sevilla, ofrecerá la puesta en marcha de un ambicioso programa de formación, financiación incluida, de unidades militares del Ejército afgano.
Con su propuesta, el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, trasladará a los aliados su apuesta en favor de incrementar la «calidad», más que la «cantidad» de la contribución occidental a la reconstrucción y estabilización del país asiático.
Además, el Gobierno español seguirá la senda de otros países europeos que se muestran dispuestos a poner sobre el tablero afgano más equipamiento militar pero no más hombres. Es el caso, por ejemplo, de Alemania, que ha decidido enviar seis aviones Tornado que se encargarán de misiones de reconocimiento pero no de combate. España, por su parte, tiene previsto destinar a esta misión -y a la del Líbano-, a partir del próximo verano, los cuatro aviones espía cuya compra ya ha autorizado el Consejo de Ministros.
España, con su decisión final, descarta la posibilidad de hacerse cargo del Estado Mayor de la Isaf (Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad),a partir del próximo mes de agosto. Este cometido habría implicado el envío de unos 130 militares más. Después de la negativa rotunda del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a aportar más hombres, sólo queda la posibilidad de intentar situar a un pequeño grupo de miliatres españoles en puestos estratégicos de dicho Estado Mayor.
Alonso tendrá la oportunidad de explicar cara a cara el sentido de las decisiones españolas a su homólogo norteamericano, el secretario de Defensa, Robert Gates, con quien mantendrá hoy un encuentro bilateral. Gates llega a Sevilla con la intención de reclamar a los aliado europeos un esfuerzo mayor a fin de llevar a cabo en primavera una gran ofensiva contra la insurgencia talibán.
El ministro español insistirá en que el esfuerzo que hace España es el «adecuado», que se cumplen plenamente los compromisos adquiridos con la reconstrucción y la seguridad de la región oeste y, además, que está dispuesta a mantener su esfuerzo «todo el tiempo que sea necesario».
En la reunión de Sevilla también se analizará la propuesta de convertir la llamada Fuerza de Reacción Rápida de la OTAN (NRF), en una fuerza de «reserva». España se opone radicalmente a esta idea; en cambio está a favor de utilizarla para misiones urgentes de tipo humanitario como la que se llevó a cabo en el terremoto de Pakistán.
Los aliados abordarán, además, la nueva situación de Kosovo. En este terreno, España se muestra a favor de que Naciones Unidas emita una nueva resolución considerando las conclusiones del informe presentado por Matti Attisahari y sólo después de la misma se debería proceder a una reducción de la presencia de la OTAN en la región.