Autora: Dolors Garcia i Cornellà. Editorial: Alfaguara/Voramar. Páginas: 136. Precio: 7,60 euros.

Según el Informe sobre la Violencia Escolar 2006, el acoso escolar sigue presente en todos los institutos de Secundaria españoles, aunque la situación ha mejorado con respecto a 2000. Aún así, extrapolando cifras, resultaría que para unos 10.000 adolescentes ir a clase es un infierno. Dolors Garcia i Cornellà (Girona, 1956), escritora de trayectoria sólida y brillante dentro de la literatura infantil y juvenil en catalán, plantea un caso de bullying; un relato doloroso, pero con una luz al final del túnel.

La escritora se decanta por una estrategia narrativa muy interesante para abordar el tema que se aleja tanto del reportaje como del testimonio en primera persona, y consigue así una novela a la vez visceral y reflexiva. Para ello escoge una voz narrativa en tercera persona que, unas veces, funciona como si fuera la voz interior de Joel, que expresa lo que éste siente y piensa, pero que también lo convierte en narratario, en el personaje al que va dirigido el relato; personaje que encarna a una parte importante de los destinatarios de esta obra: los acosados. En otro momentos, esta misma voz narrativa da cuenta de los hechos y hace referencia a cosas que Joel no sabe y a personas preocupadas por su situación. Alterna, además, estos capítulos con fragmentos del diario de Andrea, hermana del principal acosador de Joel, y enamorada de ese chico que pasa siempre corriendo por delante de ella; con correos electrónicos entre Joel y su primo Marcel; y con partes de la bitácora de Sílvia, profesora de Lengua del instituto, en las que explica lo que ella sabe y sospecha de este caso de bullying. La autora ofrece así distintos puntos de vista sobre el caso; Joel cree que nadie sabe lo que sufre, que está solo ante los lobos, como llama él a sus torturadores, pero hay personas que han sido testigos de las humillaciones y los maltratos a Joel y están dispuestas a ayudarle.

Los diferentes documentos narrativos son piezas de un rompecabezas que acaban encajando en un final esperanzador. La novela no funciona estrictamente como una psiconarración, sino que muestra otras percepciones sobre el problema y da así una visión tanto íntima como plural del acoso, a través de las voces, de las opiniones de algunos de los implicados. La obra -destacada con el Premio 10 convocado por la propia editorial y por un grupo de librerías valencianas- disecciona el miedo de Joel, pero también lanza un mensaje esperanzador a los acosados para que entiendan que su sufrimiento nos incumbe a todos.