El presidente del PP, Mariano Rajoy, defendió ayer que «recurrir al Tribunal Constitucional», como su partido ha hecho con el Estatut, «no es pecado, es un derecho y una obligación cuando uno cree que una ley es contraria a la Constitución» y recusar a un magistrado, añadió, «tampoco».
En un acto celebrado en Santander, Rajoy aseguró que, como líder de la oposición, «no da abasto» para desempeñar su tarea, «porque todos los días se produce un nuevo disparate por parte de este Gobierno» y añadió que, en torno al Estatut, se está produciendo «uno de los espectáculos más lamentables que se recuerdan».
El presidente del PP se comprometió a «ocuparse de los problemas de la gente» y a «recuperar los consensos básicos de la Transición», entre ellos el referente al terrorismo, pero también pidió que no cuenten con él para «apuntarse a negociar con ETA» ni para «liberar» al terrorista en huelga de hambre José Ignacio de Juana Chaos.
«El drama de esta legislatura es haber roto aquello que vertebraba el país, aquello que nos unía a todos, aquello que daba seguridad y estabilidad. Ahora dicen: hay división. ¿Pero quién provoca la división? ¿Por qué no la había cuando gobernaron Suárez, Calvo Sotelo, González o Aznar? ¿Quién ha provocado la división en España, quién ha generado la crispación?», se preguntó.
Rajoy se detuvo especialmente en la polémica sobre el Estatut catalán, que el PP ha recurrido ante el Constitucional, explicó, porque considera que «es malo para España y malo para los ciudadanos de Cataluña» y porque cree que impugnarlo «es su obligación».
El líder popular recalcó que decidir si un magistrado merece o no ser apartado de una causa, como lo ha sido Pablo Pérez Tremps en este caso, compete al Tribunal, «no al presidente del Gobierno», y también que «nadie está por encima de la ley».
«Ese es el abc de la democracia», sentenció Rajoy, antes de lamentar que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, «entienda que la ley es hacer lo que él quiera».
El dirigente popular prometió que ofrecerá una alternativa política basada en «la moderación, la concordia y el sentido común» y que trabajará para «recuperar los consensos básicos».
Mariano Rajoy se mostró convencido de que «es posible» recuperar esos consensos «porque habrá un PSOE distinto», con el que el PP confrontará sus ideas y proyectos, ya que cree que «son mejores», «pero con el que se podrá acordar en lo que nos une a todos», informa Efe.
Respecto a la política antiterrorista, reiteró que él «se apunta a derrotar a ETA», a transmitir a la banda el «único mensaje inteligente» que cabe en esta materia: el de que los dos grandes políticos de España, los que pueden gobernar, comparten que con los terroristas «no se negocia ni se paga ningún precio político».
El presidente del PP también lanzó un mensaje sobre la situación económica: «Están muy bien los grandes beneficios, está muy bien el crecimiento económico, pero cuidado con el poder adquisitivo de la gente, cuidado con la subida de los precios y de los tipos de interés, cuidado con las pensiones, cuidado con la subida del gas y de la electricidad, cuidado con la subida de los impuestos indirectos... Eso es progreso económico y eso a alguien le tiene que preocupar», argumentó.