DANIEL G. SASTRE
BARCELONA.-
La recusación del magistrado del Tribunal Constitucional (TC) Pablo Pérez Tremps sigue provocando airadas proclamas a lado y lado del arco parlamentario catalán. Ayer le tocó terciar al segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona y candidato de ERC a la alcaldía, Jordi Portabella: dijo que «el PP está inspirando un golpe de Estado encubierto».
El concejal republicano apoyó sus apreciaciones en varios hechos.Además de la recusación de Pérez Tremps, que se produjo a petición del PP, Portabella detectó intenciones golpistas en «cómo acaban algunas manifestaciones», como la del pasado sábado en Madrid, «con el himno de España», o en el caso de la huelga de hambre del etarra Iñaki de Juana Chaos: «Se niega el diálogo, que es la pieza clave de cohesión social para resolver conflictos, y se deja a una persona moribunda a la cárcel para que se muera».
Portabella quiso ver en «toda esta secuencia de cosas» algo que va más allá del rifirrafe político habitual. En su opinión, por ejemplo, la recusación de Pérez Tremps supone la última de varias «maniobras orquestradas para que haya una pérdida de la mayoría en el Tribunal Constitucional».
En este sentido, el concejal republicano afirmó que «el problema es el exceso de incidencia política sobre la justicia», y advirtió acerca de las consecuencias perniciosas que, en su opinión, tendrá la nueva relación de fuerzas en el TC: «Estamos ante una transformación que da menos garantías a los ciudadanos».
Portabella no tardó en ser contestado por el candidato del PP a la alcaldía de Barcelona, Alberto Fernández Díaz, que dijo que la actitud del concejal republicano le da «pena». El presidente del grupo municipal popular acusó a Portabella de «insultar al Partido Popular» porque no tiene otro argumento para preparar las elecciones municipales, que se celebrarán el próximo 27 de mayo: «Si después de ocho años gobernando Barcelona como teniente de alcalde lo único que se puede hacer para encarar las elecciones es eso, está demostrando que su bagaje es miserable e ínfimo».
Fernández Díaz también sugirió al dirigente republicano preocuparse más por «las declaraciones de algunos de sus compañeros de ERC, como Joan Tardà», que se solidarizó «desde el punto de vista humanitario» con De Juana Chaos. «Eso rozó la apología del terrorismo», dijo el concejal popular.
Jordi Hereu, alcalde de Barcelona, se puso por su parte del lado de Portabella, aunque sin llegar tan lejos en sus acusaciones.Afirmó, con respecto a la recusación de Pérez Tremps, que el PP «distorsiona» los mecanismos del Estado con sus «intentos de politizar la justicia», y que todo ello «no es buno para la salud del sistema democrático».
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