Bill Viola (Nueva York, 1951), uno de los creadores que más ha contribuido a que el vídeo sea uno de los soportes emergentes en el arte contemporáneo, se ha inspirado en la Alhambra para montar la exposición que se exhibe desde hoy en el Museo de Bellas Artes de Granada, según informa Efe.
Bajo el título de Las horas invisibles, la muestra, producida por el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y organizada por la Consejería de Cultura, el Ministerio de Cultura y el Patronato de la Alhambra, reúne algunas de las últimas obras de este pionero del videoarte, por su acercamiento a la tradición pictórica.
Con ella, se inaugura, además, el recientemente remodelado Museo de Bellas Artes de Granada, situado en el Palacio de Carlos V de Granada, en el conjunto monumental de la Alhambra.
En la selección de las obras que componen la muestra, Viola, ayudado por Kira Perov, su esposa y colaboradora desde hace 20 años, que se desplazó a Granada, se inspiró en los elementos y en la esencia de la Alhambra, un monumento que el autor conoce únicamente a través de fotografías y libros, pero que sueña con visitar.
En rueda de prensa, Perov relató que, después de haber dedicado unas cuantas horas a visitar la Alhambra, fue «consciente del paso del tiempo en estos palacios y jardines, pero también de cómo el tiempo ha permanecido fijo en ellos».
Precisamente, la tensión entre el principio universal de la transformación y el deseo del hombre de parar el paso del tiempo es el hilo conductor de la carrera artística de Bill Viola, explicó el propio creador, quien, aunque no pudo estar presente en la rueda de prensa, sí participó en ella a través de una videoconferencia desde Estados Unidos.
El recorrido de la muestra, conformada por vídeoinstalaciones, comienza con la obra Abluciones, que reproduce la acción ralentizada de un hombre y una mujer lavándose las manos bajo un resplandeciente chorro de agua, «un ritual ceremonioso que se realiza en todo el mundo y que prepara para la devoción o para la transición, una función que también tuvieron los baños de la Alhambra», explicó Perov.
El comisario de la exposición, José Lebrero, se refirió a Viola «no sólo como un gran artista, sino como un gran filósofo» y confió en que la muestra sirva para acercar al visitante sus reflexiones vitales, además de su trabajo artístico.
Por su acercamiento a la tradición pictórica y la precisión de su trabajo creativo, Bill Viola ha sido emparentado por la crítica internacional con artistas clásicos como Rubens.
A lo largo de sus 35 años de carrera, Viola ha tocado todos los palos. Además de exponer en algunas de las galerías más importantes del mundo -véanse la Teate Modern o el Museo de Arte Moderno de Nueva York-, sus ensayos han sido objeto de estudio en diversas universidades, ha editado vídeos para televisión, ha realizado performances de música electrónica, etcétera. De esta manera, se ha valido de la imagen y el sonido para seguir ahondando en un viaje introspectivo al que todos están invitados.