Hoy de la construcción barroca queda ya poco. Los nervios y el frontal del altar mayor. La bóveda vuelve a ser gótica. Y a la vista quedarán, en principio de manera permanente, los frescos renacentistas pintados por Paolo de San Leocadio y Francesco Pagano, por encargo del entonces cardenal Rodrigo de Borja, a la sazón papa Alejandro VI. Estos fueron pintados entre 1472 y 1481, dos décadas antes de la consolidación del Renacimiento en España.

Las pinturas, de una belleza inusitada, fueron recubiertas con la bóveda barroca entre 1674 y 1682. La diferencia de curvas de las dos bóvedas superpuestas (más alta la gótica que la del XVII) dejó un espacio suficiente para que se conservaran las pinturas, que son el primer Renacimiento que se da fuera de Italia.

Los responsables del redescubrimiento y recuperación, la directora del Instituto de Restauración, Carmen Pérez, y su colaborador Javier Catalá, han redactado ya el protocolo del seguimiento mensual que se realizará. Ambos llegaron al altar mayor del presbiterio hace ahora dos años y medio.

En teoría se iba a proceder a la limpieza de la decoración barroca. En la práctica, y tal y como anunciaron entonces, iban a realizar unas catas para comprobar el estado de las pinturas, de las que se sabía de su existencia pero se desconocía su situación. Fue el 22 de junio de 2004 cuando se hizo público el hallazgo de las pinturas en un estado de conservación excelente.

Explicaba ayer Carmen Pérez que la importancia de los frescos es tal que ya han recibido una misiva del director del Instituto Histórico Italiano del Medievo, Massimo Miglio, que les invita a participar en un congreso que se celebrará en Roma sobre las pinturas de la catedral. Y es que el redescubrimiento de la obra de San Leocadio y Pagano obligará a reconstruir la visión que se tiene del Renacimiento en España. Como mínimo para consignar que la puerta de entrada fue Valencia. Con todo, la restauración no ha sido fácil y además de proceder a su limpieza hubo que consolidar la bóveda gótica.

Por el momento, no hay decisión sobre qué se hará con la bóveda barroca. Así lo reconocía ayer tarde un portavoz del Arzobispado de Valencia. Las piezas de la bóveda se encuentran en perfecto estado, todas numeradas y almacenadas en el edificio del Seminario de Moncada, a la espera de que el Cabildo decida darle un emplazamiento definitivo.