CHUAN ORUS
Daniel Albrecht, un suizo de 23 años, pasará a la historia del esquí como el primero en ganar una Supercombinada (SC) en unos Campeonatos del Mundo. Eso fue lo que hizo ayer, en la pista Olympia de Are (Suecia). La Federación Internacional de Esquí (FIS) decidió hace dos años cambiar la modalidad de Combinada, conjunción de dos pruebas, un descenso más corto que el habitual y un eslalon. La modificación consistía en suprimir una de las dos mangas del eslalon, para no dar tanta ventaja a los esquiadores técnicos frente a los velocistas.
Oficialmente, se pretendía dar mayores oportunidades a competidores polivalentes, que igual pueden defenderse con unos esquíes que rondan los dos metros de largos y a velocidades superiores a 100 km/h, que sacarle el máximo provecho, entre juego de piernas y puertas cerradas, a unos que no llegan al metro sesenta. La secretaria general de la FIS Sarah Lewis, apuntó otro motivo: «Va a ser la disciplina con la que podamos descubrir también nuevos esquiadores, y sobre todo en países que no cuentan con un gran número de ellos».
En el esquí alpino es difícil subir posiciones en el ránking. La necesidad de polivalencia, en cambio, deja la puerta abierta a nuevas caras que refresquen el cuadro de honor habitual de austriacos y americanos. La FIS ha probado la nueva modalidad en la Copa del Mundo, con buenos resultados. En esta temporada, las tres SC celebradas han conocido a ocho esquiadores diferentes en el podio. Por ello se decidió exportarla a estos Campeonatos del Mundo y a los Juegos Olímpicos de Vancouver 2010.
Miller.
La de ayer fue una competición vibrante. Tras el descenso, la clasificación registró en sus tres primeros puestos a Bode Miller (EE.UU.), que volvió por sus fueros con una bajada espectacular; a Svindal, el noruego líder actual de la general de la Copa del Mundo, y al austriaco y especialista de la disciplina Michael Walchhofer. Pero a la postre no decidió tanto como se pensaba. Un marcaje del eslalon con una última parte dura, de puertas cerradas y cambios de ritmo constantes, unido a una nieve costra, con una capa compactada sólo superficialmente, propició la victoria del más templado y completo: Daniel Albrecht. Raich (Austria) quedó segundo, y el también suizo Marc Berthod subió al cajón como tercero. Miller, reservón para lograr su objetivo de ganar el eslalon para ser el primer esquiador en ganar en las cinco modalidades del esquí en un Mundial, sólo fue sexto.
La fiesta se ensombreció con un incidente inexplicable. La bajada del oro olímpico Ted Ligety se vio interrumpida por la presencia, junto a una de las puertas, de unos pisters, que rastrillaban la nieve justo debajo del cambio de rasante. Algo impropio de una competición con este nivel.
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