El miércoles, Aznar afirmó: «Todo el mundo pensaba que en Irak había armas de destrucción masiva, y no había armas de destrucción masiva». Él lo sabe «ahora», pero «antes no lo sabía». Dijo que tiene «el problema de no haber sido tan listo y no haberlo sabido antes». «Pero es que, cuando yo no lo sabía, nadie lo sabía».

Que «todo el mundo» creyera que existían esas armas es «un problema», dijo, «porque las decisiones hay que tomarlas no a toro pasado sino cuando está el toro sobre el terreno, y es ahí cuando hay que torearlo».

Indicó que su Gobierno no envió «una sola persona a combatir en la guerra de Irak» y que, de haberlo hecho, «hubieran sido soldados profesionales, lo que marca una diferencia con la anterior Guerra del Golfo». «[El Ejecutivo] Tomó la decisión que tomó porque creía que era lo más conveniente para los intereses nacionales», afirmó, según informa Efe.

Ayer, López Garrido celebró que, cuatro años después, «Aznar descubra que no había armas de destrucción masiva en Irak, que es lo que sabíamos millones de españoles y de ciudadanos de todo el mundo». «Con esa excusa, y con la mentira esgrimida por Bush y Aznar, se declaró una guerra espantosa con objetivos petroleros, que causa centenares de muertos cada día», dijo.

«Me produce espanto»

El líder de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, recibió las palabras de Aznar con «espanto». «Si un gobernante que no sabe decide una guerra que provoca decenas de miles de muertos, y no asume ninguna responsabilidad, ese gobernante me produce espanto», dijo.

«Otros también pensaron que había armas de destrucción masiva, pero no provocaron una guerra y una inestabilidad política», añadió.

Frente a esas críticas, en el PP recordaron que, en aquella época, también hablaron de armas de destrucción masiva la Internacional Socialista, Javier Solana y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, entre otros.