Durante una hora, según fuentes oficiales, estuvo cortado el tráfico de un carril del subterráneo de la A-5, sin que se registraran grandes retenciones ya que no era una hora punta en materia de circulación.

La filtración de agua vino de la superficie del subterráneo, según fuentes municipales, e hizo necesaria la intervención de bombas para achicarlo, aunque no la participación de los bomberos. Todavía no se saben las causas que han provocado el charco de agua (de más de 10 centímetros de altura), pero podría haber influido que el túnel no esté terminado en su superficie y que no haya un sostén para filtrar y desviar la lluvia.

Horas antes de que el agua llegará al túnel también estaba anegada, en parte, el final de la cuesta de San Vicente. De hecho, en los días de lluvia intensa en la capital, es frecuente que el agua llegue a los bajos de esta glorieta por lo que sorprende que el subterráneo de la A-5 no incluya algún sistema especial para evitar estas inundaciones.

La oposición, por su parte, lo tiene claro: PSOE e IU han acusado a Alberto Ruiz-Gallardón de «precipitación» y «chapuzas por las prisas por inaugurar», mientras que el alcalde respondió ayer diciendo que «no asistimos a inauguraciones sino a la puesta en marcha de un tramo más». Además, el regidor insistió en que no se van a «tener obras terminadas, sin ser utilizadas» por los ciudadanos.

Pero la apertura de los carriles de salida del túnel de la avenida de Portugal es más que una puesta al servicio de los ciudadanos. Los responsables de las obras reconocen que necesitan hacer pasar el tráfico por el subterráneo para terminar el túnel-gemelo de entrada al centro de la ciudad (que se inaugurará en marzo).

Por eso, los dos partidos de la oposición ya han anunciado que van a exigir una investigación al Gobierno municipal que aclare cómo se puede anegar un túnel recién abierto. La portavoz de IU, Inés Sabanés, ya ha anunciado que pedirá «al alcalde de Madrid que se depuren las responsabilidades correspondientes ante el bochornoso espectáculo de chapuza continua en la que se han convertido las aperturas a bombo y platillo de los tramos de túnel de la M-30».

«Un bochorno para la ciudad»

Para la coalición, «que a las pocas horas de inaugurarse se haya producido ya una inundación, haya sido necesario movilizar a servicios municipales, achicar agua y alterar el tráfico es simplemente una vergüenza que esta ciudad no se merece y menos por las prisas electorales de su alcalde».

De la misma opinión es el portavoz del PSOE, Oscar Iglesias, quien aseguró que «nuevamente, Ruiz-Gallardón se guía más por las prisas de la inauguración que por la seguridad de los madrileños».

Iglesias insistió en que «antes de inaugurar nada, las medidas de seguridad tienen que estar al completo, porque lo que hace Ruiz-Gallardón nos recuerda mucho al metro de Arganda, donde se puso en peligro la seguridad por las prisas electorales».

Además, los socialistas han exigido que «se creen unos protocolos de actuación de la Policía Municipal y los servicios municipales de emergencias para actuar en estos túneles que, a día de hoy no existen».

Por su parte, el alcalde de Madrid explicó horas antes de la inundación que los tramos sólo se ponen en funcionamiento cuando «están seguros». Respondiendo a las acusaciones de la oposición, Ruiz-Gallardón aseguró que «cuando se abre un tramo, las salidas de emergencias están operativas y es totalmente seguro para sus usuarios».

De hecho, ayer mismo, a las nueve de la mañana (tres horas antes de la inauguración) los operarios se aceleraban por rematar los últimos detalles, entre ellos, las salidas de emergencias que poco antes de la visita del alcalde tenían colgado un cartel de «no operativas».

Los paneles, las luces, las planchas que recubren el túnel, fueron algunos de los detalles que estaban recién terminados minutos antes de cortar la cinta.