Viernes, 9 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6263.
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 MADRID
Ocio / Espectáculo. / JUAN TAMARIZ / ILUSIONISTA
«La magia es espejo del deseo»
El popular prestidigitador madrileño presenta 'El espejo mágico', su nueva creación, en el Teatro Marquina
JOSE MARIA ROBLES

Posible caso de crionización: el mismo gorro cangrejero, exactas lentes de alquimista medio volado, idéntica baraja desbordante de gags... El secreto debe estar, sin duda, en la capacidad de reinvención. Y ahí -chananaaan de violín bucal- este abuelete de dedos plusmarquistas que responde por Juan Tamariz se finge una y las veces que hagan falta.

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Su nuevo espectáculo, El espejo mágico, llegará al Teatro Marquina el próximo 12 de febrero. En él volverá a poner en juego sus buenas artes de pionero del naipe y otras creaciones que, sorpresa, sintonizan con los nuevos tiempos, caso del truco del teléfono móvil (es capaz de adivinar, desde la distancia, en qué carta está pensando un conocido de alguien del público) o del partido de futbolín (pone por escrito las incidencias de un encuentro disputado en la propia sala).

El ilusionista francés Gaetan Bloom acompañará a Tamariz los primeros 10 días de actuación. «Hacemos un número conjunto: él hace un efecto asombroso y yo luego se lo desbarato. Ya lo hemos hecho en muchos países y resulta muy rompedor», revela con retranca marca de la casa. Para que no se diga -ni trampa ni cartón-, M2 convoca al madrileño fuera del escenario: en una cervecería cualquiera, por aquello del pulpo en el garaje...

Pregunta.- Curiosidad malsana: ¿Cómo se las arregla un mago en un bar con las manos? Aquí sólo hay una carta...

Respuesta.- Con las cañas normal. Pero, por ejemplo, las aceitunas ruedan entre los dedos, los salchichoncitos dan volteretas...

P.- Estando donde estamos, quizá toque hablar del tiempo, fútbol y política. Más juego da lo último... ¿Quién podría hacer de conejo que sale de la chistera y quién de asistente al que aplicar el serrucho?

R.- El conejo que sale de la chistera, entendido como algo emocionante, bonito y hermoso, para mí sería un político que consiguiera de verdad -no digo que muchos no lo intenten, y cada uno a su manera- erradicar todo lo que mata la ilusión: las pistolas, en primer lugar, y también el no preocuparse de los demás y sí del puesto y del partido. Para aplicar el serrucho sólo me viene uno. Y no sería un serrucho sangriento. Trataría de hacerlo desaparecer. Al personaje político, no a la persona: hablo de Bush.

P.- ¿A qué espejo mágico alude el título de su nuevo espectáculo?

R.- Es el de Alicia. Yo, de la mano de Nauj, mi imagen al otro lado del espejo, invito a la gente a que lo atraviese, como en aquella bellísima película de Cocteau interpretada por Jean Marais. Lo que pasa es que, en este caso, se parece más al de Alicia, por lo ilusionante. No es para bajar a los infiernos, sino para reírse.

P.- ¿Qué hay en él?

R.- Los deseos que nos gustaría que se hicieran realidad. Así como el teatro es poner un espejo para que veamos la realidad y el cine es poner un espejo ante los sueños, la magia, de alguna manera, pone un espejo ante los deseos de la Humanidad: volar, conocer el futuro... Pero, a diferencia del cine, que funciona con imágenes, la magia, como el teatro, trabaja con personajes reales. Siempre dentro de la irrealidad artística, obviamente.

P.- ¿Qué imagen de Madrid nos rebotaría ese espejo?

R.- Desde luego, mucho menos mogollón de gente, menos nervio, menos prisa. Pero eso es imposible en una ciudad de tantos... ¿He dicho imposible? Palabra prohibida.

P.- ¿Su mejor truco?

R.- Creo que mantener en mí mismo, en estos ya cuarenta y tantos años de profesión, la misma ilusión. Mentira: más ilusión, más fuego interior, más ganas de que vibren los demás. Siempre me ha dado miedo el poder caer de repente en querer que me aplaudan, que mi ego se infle, que me paguen más, que me admiren... Ese me-me-me-me creo que es lo peor que puede pasar. Por suerte, hasta ahora -cruzo los dedos- me mantengo en 'voy a ver si los demás disfrutan y disfrutamos juntos, si hay espectactores y no espectadores'.

P.- Ha tardado 15 meses en dar a luz el show. ¿En qué momento chascó los dedos y dijo 'lo tengo'?

R.- Bueno, el espectáculo está formado por cosas que empecé a lo mejor hace 10 años y por otras con las que me puse hace tres meses. Hay uno, concretamente, que viene en pincitas... Pero la ilusión es tan grande que creo que va a suceder lo que tiene que suceder, que es que todo flote en el aire.

P.-El espejo mágico hace guiños a la telepatía a través del móvil y hasta recurre a la cámara de vídeo. ¿Renovarse o... renovarse? ¿Cómo de mágica o de maligna, ya se decía antiguamente, es la tecnología?

R.- No creo tanto en el poder maligno. Bueno, a veces sí... Lo que pasa es que en la magia apenas si se utiliza la tecnología, contrariamente a lo que pueda pensarse del siglo XXI, teniendo electroimanes, láser... Se recurre más a la psicología, los fallos en la percepción y la memoria. Me parece mucho más humano utilizar los dedos para enmascarar algo. La mano es cálida y está hecha de carne y de hueso.

P.- En otro momento reúne a 14 espectadores sobre el escenario. ¿Su gran éxito es haber hecho de la magia una democracia de risas?

R.- Eso es lo que pretendo. Que el sentimiento esté muy bien compartido y sea resonante. Que no sea uno mira y otro hace. Yo sólo no lo podría hacer, tiene que ser con los espectadores. Por eso, cuando se ilumina la escena, ilumino a la vez la sala y no pongo efectos de luces.

P.- ¿Dónde halla inspiración?

R.- Sobre todo, en el arte, en ir a la mayor cantidad de exposiciones que pueda, en escuchar una música hermosa que me llene... Trabajo ante el público seis o siete meses al año y el resto me lo guardo para llenarme. Y hay otra parte: la gente, lo demás no vale p'aná. Ahora tengo que ir de viaje a Finlandia, Israel y Canadá, todo seguido. Bueno, pues el conocimiento de cómo está la gente en Israel, con los problemas derivados de la guerra y de tratar salir adelante, cuando vas a hacer algo, lo llevas dentro e intentas trasladarlo.

P. - ¿La magia tiene edad?

R.- Ningún arte tiene edad. Mira Saramago o, antes, Picasso.

P.- ¿Qué nos sigue atrayendo de la magia?

R.- Es una manera de completar la realidad y de darse ánimos.

El espejo mágico.

Del 12 de febrero al 15 de marzo, en el T. Marquina (Prim, 11).

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