BEATRIZ PULIDO
Ahí pone 8.000 euros, por casualidad, Juan? «Pues sí». «Vaya por Dios, ¿y tú te lo pondrías?». «Cómo te vas a poner eso, hija, si está tieso». «Pues tiene forro». La chaqueta diseñada por Josep Albert con el nombre de Al abrigo del árbol ha logrado el objetivo previsto: llenar de incertidumbre a los compradores que deambulaban por el Centro Comercial Arturo Soria, entre tiendas de ropa y hortalizas. Ahora sólo falta que su diseño a base de corteza de pino encuentre un comprador dispuesto a pagar los 8.000 euros que cuesta el ejemplar.
Eso es lo que ocurre por sacar el arte de una sala y colocarlo en pleno comercio. Así nació y se ha consolidado Flecha, que celebra este año su XVI edición. La Feria de Liberación de Espacios Comerciales Hacia el Arte fue inaugurada ayer por la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y permanecerá abierta al público hasta el próximo 28 de febrero.
La que dicen que es la hermana menor de ARCO y su antesala, se ha abierto este año, como han hecho casi todas las ferias de arte moderno, a la experimentación audiovisual, representada por los trabajos de Domingo Sarrey y el dramaturgo Rafael Gordon.
El precio de las obras, como siempre, se hace asequible a todos los bolsillos: Se puede adquirir una pieza por 60 euros o gastarse 12.000. Ésa es la distancia que va de unas litografías de hojalata, con clásicas obras de arte representadas, y el gigantesco tríptico de Manuel Luca de Tena con el título Páginas abiertas. Entre esas dos cantidades se organizan precios y variedad artística. Está aquella que incomoda al espectador, como hace José Juan Botella con sus bustos deformes salidos de la madera. O la soledad de un hombre que espera en el extremo de una mesa descalzo, con la mirada de bronce perdida y un vaso de cerveza delante suyo. Es la forma que tiene Roberto Reula de retratar la espera a través de la escultura.
Pilar Pequeño subraya, a través de la fotografía, la sensación de vacío que provoca la ausencia. Ventanas, puertas, espacios que perpetúan el abandono a través del blanco y del negro.
En total, 50 artistas de todas las tendencias que ofrecen un paisaje diferente a los usuarios del centro comercial. Entre los tomates y las verduras, algún que otro herbolario y una pastelería que escolta una de las puertas de la salida se retuerce una pequeña figura de bronce creada por Roberto Reula. Luego están las fuentes de Titi Monereo, creadas con cristales tallados, o los ensayos de Carlos Díaz de Bustamante con sus paisajes naturales.
El agua cobra protagonismo en los reflejos que dibuja Juan Manuel Pérez Alcalá y la profunda rugosidad.
Ouka Leele sigue fiel a su participación en Flecha y a su composición fotográfica de escenas que hacen pensar al espectador.
Flecha. Hasta el 27 de febrero en el Centro Comercial Arturo Soria Plaza (calle de Arturo Soria, 126-128).
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