Tan sólo tuvieron que transcurrir dos días de intensas negociaciones en la ciudad santa de La Meca para que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y dirigente de Al Fatah, Abú Mazen, y el máximo dirigente de Hamas, Jaled Meshal, firmaran ayer el acuerdo en el que se comprometieron a formar un Gobierno de unidad nacional y poner fin a los enfrentamientos. La reunión se produjo en una ceremonia presidida por el rey Abdulá de Arabia Saudí y en la que también estuvo presente el primer ministro palestino y miembro de Hamas, Ismail Haniya.
Las dos partes acordaron confiar la dirección del futuro Ejecutivo precisamente a Haniya, quien será secundado por un viceprimer ministro elegido por Abú Mazen. En su discurso durante la ceremonia, Meshal juró que Hamas no romperá el acuerdo alcanzado, ya que supone la unión política entre su movimiento y el de Al Fatah para la consecución de «nuestros grandes objetivos». Además, el líder del Movimiento Islámico hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que reconozca el nuevo Gobierno.
Ya a primera hora de la jornada de ayer se divisó la posibilidad de que se llegase a un posible pacto cuando Maher Mekdad, miembro de la delegación de Al Fatah, aseguró que las dos partes habían alcanzado un acuerdo definitivo sobre la distribución de los ministerios.
En el futuro Gobierno de unión nacional, Hamas tendrá el control de siete ministerios, mientras que Al Fatah se hará con seis. El Movimiento Islámico mantendrá la Jefatura del Gobierno y los ministerios de Educación, Bienes Islámicos, Trabajo, Asuntos Municipales, Juventud, Justicia y Comunicación, mientras que la formación de Abú Mazen se hará cargo de Sanidad, Asuntos Sociales, Obras Públicas, Transporte, Agricultura y Asuntos de Prisioneros.
Ministros independientes
Además, Hamas gozará del derecho a nombrar a tres ministros independientes: el del Interior, aunque con la aprobación del presidente de la ANP, el de Planificación y un ministro de Estado. Por su parte, Al Fatah nombrará, en las mismas condiciones, al ministro de Exteriores y a un ministro de Estado.
El futuro jefe de la diplomacia palestina será el independiente Ziad Abú Amr, mientras que la cartera de finanzas será atribuida a Salam Fayad, un ex alto funcionario del Banco Mundial que ocupaba ese mismo puesto antes de que Hamas ganase las elecciones legislativas palestinas hace más de un año. El resto de carteras serán cubiertas por las restantes fuerzas palestinas representadas en el Parlamento.
Desde su llegada a la ciudad sagrada, los líderes de ambos grupos se esforzaron en repetir que no abandonarían La Meca sin un compromiso tangible sobre la formación de un Gobierno de unidad nacional. Y es que los sangrientos enfrentamientos internos en los territorios palestinos hacían más urgente que nunca alcanzar una solución.
Ayer, entre las dos delegaciones se abordó también el asunto del reconocimiento de los acuerdos de paz con Israel en el futuro Ejecutivo. Una cuestión clave, ya que condiciona a que la UE, EEUU e Israel acepten el nuevo equipo gubernamental. Se piensa que si estos países juzgan que Hamas modera su posición, el boicot internacional podría levantarse y reanudarse el proceso de paz. Sin embargo, Hamas continúa negándose a reconocer el derecho de Israel a existir, lo que dificultará el fin del aislamiento de la ANP.
En una carta del presidente palestino, leída por su consejero de información, Nabil Amru, se instó al Movimiento Islámico a que respete las resoluciones internacionales y los acuerdos firmados con Israel. En la misma misiva, Abú Mazen también solicitó a Haniya que salvaguarde los derechos de su pueblo.
En la franja de Gaza, la población recibió con satisfacción el desenlace de las negociaciones, después de que en cuatro días de combates internos muriesen más de 30 personas y 200 resultasen heridas.