En declaraciones a Efe, Miri Eisen, portavoz de la Oficina del primer ministro del estado hebreo, manifestó que su país espera que el nuevo Gobierno palestino respete los mencionados tres principios, que son el reconocimiento de Israel, la aceptación de los tratados [suscritos en el pasado entre israelíes y palestinos] y la renuncia al terrorismo y la violencia». La portavoz de la Oficina del jefe del Gobierno agregó que, de momento, no se espera ninguna otra reacción oficial.

Poco tiempo después de conocerse el anuncio, el ministro israelí para las Situaciones de Emergencia, Avigdor Lieberman, pidió la creación de un Ejecutivo de unidad nacional también en Israel. Lieberman, líder del partido ultraderechista Israel Beitenu (Israel es nuestro Hogar), opinó que dentro de ese hipotético Gobierno habrían de tener cabida tanto el partido derechista Likud, como la ultranacionalista Unión Nacional y el partido ultrarreligioso Judaísmo Unido de la Biblia.

Preparados para todo

«Israel debe prepararse para afrontar cualquier contingencia, diplomática o militar», afirmó el ministro para las Situaciones de Emergencia nada más conocer el acuerdo alcanzado anoche en La Meca entre el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y máximo dirigente del movimiento nacionalista Al Fatah, Abú Mazen, y los representantes del Movimiento Islámico Hamas, encabezados por el secretario de su Oficina Política en el exilio, Jaled Meshal.

Por otra parte, el ministerio de Exteriores egipcio convocó ayer al embajador israelí en El Cairo, Shalom Cohen, para comunicarle el «malestar y el enojo» de su país por las obras y la «destrucción» que realiza Israel cerca de la mezquita de Al Aqsa. Según la agencia oficial de noticias egipcia MENA, el ministerio de Exteriores egipcio condenó la «escalada israelí», después de que el martes Tel Aviv empezara unas obras de remodelación en la parte que conecta la Explanada de las Mezquitas, a la altura del templo de Al Aqsa, y el extremo sur del Muro de las Lamentaciones.