Y parecía tan fácil... Pero, haciendo gala de su capacidad innata para complicarse la vida, el equipo español de tenis se las arregló ayer para ponerse la eliminatoria de la Copa Davis contra Suiza peor de lo previsto inicialmente. Por el resultado y por la baja de su gran estrella.
El paseo triunfal se torció desde el primer momento. Una lesión sufrida ayer por Rafael Nadal durante el entrenamiento (el parte médico hablaba de sobrecarga en el muslo de la pierna derecha) constreñía al equipo español a tener que prescindir del número 2 del mundo para el partido inaugural. Y obligaba a Fernando Verdasco, que en principio sólo tenía previsto jugar hoy el partido de dobles, a saltar a la pista para enfrentarse a Marco Chiudinelli.
Se trataba, al menos en teoría, de una misión sin mayores complicaciones para el español. Al fin y al cabo, Verdasco está a años luz de Chiudinelli, como lo demuestra el hecho de que se encuentre entre los 34 mejores tenistas del mundo, 103 puestos por delante de la humilde posición que ocupa el suizo en la ATP. Pero lo que nunca debió de ocurrir, esa inexplicable conjunción planetaria, esa fatídica e insólita calamidad, sucedió. Chiudinelli literalmente humilló a Verdasco, inflingiéndole una rotunda derrota (6-3, 6-4, 3-6, 7-6 (2) y colocando a Suiza por delante en el marcador.
No es que Chiudinelli jugara de manera especialmente brillante: estuvo sólo correcto, apoyándose en un saque bastante bueno, eso sí. Pero Verdasco tuvo una actuación funesta, digna de entrar en los anales del desastre. Con decir que consumó 47 errores no forzados, frente a los 19 que cometió Marco Chiudinelli... Y ocho dobles faltas, dos veces más que las cometidas por el suizo. De hecho, el único set que consiguió anotarse fue por gentileza de su oponente y no por méritos propios: Chiudinelli cometió tres dobles faltas consecutivas, lo que permitió al español romperle el servicio y anotarse al menos el tercer set. De no haber tenido el suizo esa cortesía, es muy posible que Verdasco se hubiera ido con el marcador el blanco.
Dobles.
El español justificaba lo injustificable agarrándose a la falta de concentración con la que había saltado a la pista. «Yo me acosté el jueves pensando que al día siguiente iba a tener el día libre. Me levanté a las 8.45 horas, desayuné con Feliciano López (su pareja de dobles) y estuvimos entrenando desde las 9.30 hasta las 10.30 horas. Luego, como estaba cansado y no tenía nada que hacer, subí a mi habitación y me dormí. Llevaba media hora en la cama cuando me llamó el capitán y me dijo que Rafa se había lesionado y que tenía que jugar yo. He tenido una hora para prepararme para el partido, para calentar, para comer, para todo... Y eso no ayuda mucho».
Pero, en un alarde de sinceridad que le honra, Verdasco no trató de escudarse en la rapidísima superficie de Ginebra para justificar el lamentable juego que exhibió. «La pista es verdad que es muy rápida, pero llevo toda la semana entrenando y no creo que ése haya sido el gran problema. En estos partidos es muy importante estar concentrado. Y yo no he tenido tiempo para mentalizarme para este partido», subrayaba.
Menos mal que David Ferrer cumplió y enderezó la situación. El tenista alicantino, que se encuentra entre los 15 mejores del mundo, se impuso sin ningún problema a Stéphane Bohli, postrado en el puesto 278 del ránking. A pesar de que en un principio estaba previsto que se enfrentara al sin duda mucho más solvente Stanislas Wawrinka (en el número 30 de la clasificación de la ATP), la lesión que éste sufrió el jueves por la tarde durante los entrenamientos obligaba a Bohli a salir en su lugar. El chaval hizo lo que pudo, que no fue mucho. Al principio le dio algo de guerra a Ferrer, pero éste enseguida encarriló el partido, sentenciándolo con un contundente resultado (6-3, 6-2, 6-2). Y, además, casi al final del encuentro, Bohli sufrió un calambre que mermó aún más sus ya de por si sus limitadas capacidades.
Tras la victoria de Ferrer sobre Bohli, el marcador del torneo de Copas Davis entre España y Suiza se pone en 1-1. Hoy se disputará el partido de dobles, en el que Verdasco y Feliciano López se verán las caras contra Marco Chiudinelli e Yves Allegro. No teman: Verdasco aseguraba ayer que está perfectamente mentalizado para este encuentro y que confía en que lo puedan ganar.
Lo que ya es obvio es que habrá que esperar hasta mañana domingo para saber cuál de los dos equipos se erige ganador de esta eliminatoria. Dos partidos de individuales, que, según los planes iniciales de Emilio Sánchez Vicario, deberían enfrentar a David Ferrer con Marco Chiudinelli y a Rafael Nada con Stéphane Bohli. «Pero si Nadal no está bien, yo no voy a forzarle a jugar. Es más importante su salud que un partido», aseguraba el capitán del equipo español. «Yo preferiría no tener que jugar, porque eso significaría que la eliminatoria ya está decidida», confesaba Nadal. «Pero si me tienen que utilizar y el médico da el OK, estaré allí». Como siempre, dispuesto a salir al rescate.