Hace un año, el Ibex 35 cotizaba a 11.202,6, ayer este mismo índice superó momentáneamente los 14.900 puntos. La euforia compradora no se ha frenado en la Bolsa española con la entrada del nuevo ejercicio. En las últimas semanas el mercado de valores ha vuelto a protagonizar un sonado rally alcista, que ha llevado al principal indicador del mercado a las puertas de los 15.000 puntos.
El Ibex ascendió ayer un 0,33% y coronó un nuevo récord en 14.875,50, el tercer máximo histórico de la semana y el octavo en lo que va de 2007. La Bolsa española ha ganado un 33% en el último año, convirtiéndose en uno de los mercados más rentables del mundo -sólo superado por algunas plazas emergentes como India o Shanghai-.
A finales de año, buena parte de los analistas estimaban que el parqué madrileño había subido demasiado en 2006 y que comenzaba a estar sobrevalorado, por lo que pronosticaban que el Ibex ya tenía un escaso recorrido alcista y que se quedaría rezagado del resto de Europa. Sin embargo, han bastado unas cuantas semanas de descanso para que el parqué madrileño haya vuelto a reanudar su estrellato y a coronar nuevos récords históricos. El Ibex gana ya más de un 5% en lo que va de año colocándose, de nuevo, como una de las plazas de valores más rentables de mundo desarrollado.
¿Razones para esta fiebre inversora? Desde hace un año, la Bolsa española está inmersa en un desenfrenado proceso de movimientos corporativos (OPA, fusiones, adquisiciones, tomas accionariales...).
Tres sectores han centrado este gran trasiego accionarial: eléctricas, inmobiliarias y constructoras, que han catapultado sus acciones a precios insospechados incluso por los más optimistas analistas. Así, en la Bolsa española tenemos varias compañías que valen más de 100 euros por acción. Cada título de Acciona cuesta 162 euros y de Metrovacesa, 117.
La guerra por el control de Endesa, el asalto de las constructoras al sector energético, la fiebre compradora en sector inmobiliario, el desembarco de los hedge funds o fondos de riesgo al parqué, el apetito inversor por parte de las empresas de capital riesgo, las especulaciones sobre movimientos corporativos en el sector bancario y los incesantes rumores de OPA sobre las empresas de pequeño y mediano tamaño han desencadenado un irrefrenable apetito por la renta variable.
Pequeños y grandes inversores se han lanzado al parqué deseosos de no perderse el tren alcista y convencidos de que los movimientos corporativos van a seguir elevando al mercado a nuevos récords.
Así, esta semana, una vez descontado el éxito de la OPA de E.ON sobre Endesa, el mercado ha comenzado a especular sobre cuáles serán los nuevos movimientos en el sector energético, lo que ha propiciado subidas del 7,6% en Gas Natural y de más del 6% en Iberdrola y Unión Fenosa.
Y la euforia energética se ha extendido con fuerza al resto del mercado. Casi todos los valores del Ibex 35 han puesto su granito de arena para elevar al índice a los nuevos máximos alcanzados.
«Cuando la Bolsa entra en tendencia alcista es difícil pararla. Aunque es muy cuestionable la valoración alcanzada por algunas compañías, lo cierto es que el dinero no deja de entrar en el parqué», explica Rufino Gallego, director de Link Securities.
«La Bolsa española está de moda. Es un mercado que está atrayendo a muchos inversores extranjeros de todos los continentes», explica Michelle Jayman, de AC Consulting.
Pero además de un mercado en auge para el capital foráneo, el parqué español se está convirtiendo en el principal vehículo para reinvertir todas las grandes plusvalías generadas en el sector del ladrillo en los últimos años. «Nos llegan clientes nuevos, que han desinvertido en inmuebles y quieren entrar en Bolsa», explica un gestor de fondos español.
En otras palabras, es posible que la próxima semana veamos otro nuevo máximo. «Creo que vamos a superar muy pronto los 15.000 puntos», afirma el analista Roberto Moro. Aunque, sin duda, la conquista de esta cota psicológica sólo será posible en un contexto alcista por parte de Wall Street y las principales plazas del mundo.