Cerca de 2.000 animales exóticos, la mayoría serpientes venenosas, lagartos, iguanas, tarántulas y tortugas, han muerto en un incendio ocurrido ayer por la mañana en una nave industrial de 500 metros cuadrados situada en la calle de Tenerife del Polígono Los Llanos de Humanes de Madrid, según Emergencias 112. La gran parte de los ejemplares murieron intoxicados por humo dentro de sus terrarios y jaulas. De la quema sólo se salvaron unos 50 tortugas, lagartos y camaleones que los bomberos consiguieron rescatar y entregar a los dueños. El fuego también afectó a dos naves aledañas de dos empresas dedicada a cerramientos metálicos y a la venta de marroquinería.
La nave siniestrada era la sede principal de Zoo Borneo S. A., prestigiosa empresa familiar que se dedica a la comercialización y venta al por mayor de estos animales exóticos para tiendas y locales. Alguno de los ejemplares pueden llegar a valer más de 1.000 euros.
El negocio estaba en regla, según el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil y todos los animales tenían los correspondientes certificados de importación. Con todo, los agentes del Instituto Armado han abierto una investigación del caso. El Ayuntamiento de Humanes emitió ayer una nota aclarando que el local contaba con licencia y permiso para esa actividad.
El fuego comenzó sobre las 08.55 horas. En ese momento no había nadie en la empresa. Se sospecha que pudo surgir en una nave anexa por un cortocircuito o que comenzó dentro de la nave de animales al fallar alguno de los aparatos instalados para mantener un clima cálido.
Fuego en la cubierta.
La alerta la dieron los dueños de la nave al llegar por la mañana al lugar y comprobar que había saltado la alarma, ya que salía humo de la parte superior de la instalación. Las siete dotaciones que se desplazaron al lugar encontraron el fuego «muy avanzado», especialmente en la zona de los terrarios y en la cubierta de la nave.
Los bomberos consiguieron controlar el fuego 20 minutos después de su llegada aunque, como consecuencia del fuego y del humo, murió el 95% de los animales.
Las mismas fuentes explicaron que desconocían las causas del siniestro y apuntaron que los daños económicos pueden ser cuantiosos.
Los responsables de la empresa familiar mostraron ayer su consternación por el desastre y destacaron que los animales se encontraban en lugares adaptados para asegurar sus condiciones de vida. Asimismo, han lamentado las graves consecuencias económicas que ha producido el siniestro.
El naturalista Luis Miguel Domínguez, director de Exotarium (centro para acogida de animales exóticos amenazados por el tráfico ilegal de especies), denunció ayer a Servimedia la falta de control que existe sobre el tráfico de animales exóticos. Domínguez manifestó que «hechos como el incendio de ayer demuestran que hay sin duda un tráfico, un comercio y una tenencia de animales exóticos en la Comunidad de Madrid de manera absolutamente desproporcionada y sin control». «A lo mejor la nave que se ha incendiado era legal, como tal nave, pero habría que ver si era un núcleo zoológico legal. Cuando acumulas tal cantidad de animales, tienes que explicar para qué», señaló. «Ha ocurrido un incendio, pero podría haber sido un temblor de tierra y se hubieran escapado decenas o centenas de serpientes por los campos de la Comunidad de Madrid», afirmó. «Nosotros queremos saber hasta qué punto ese asunto está controlado, en qué condiciones estaban los animales y si era un espacio legalmente aceptado como núcleo zoológico, que no lo tenemos nada claro». España ha firmado y ratificado el Convenio de Washington, pero «no sólo no hay control, sino que no hay centros de rescate de fauna exótica. El único que hay en Madrid se llama Exotarium y lo he tenido que montar yo, porque la Administración no hace nada en este sentido», manifestó.
Además, Domínguez denunció que ayer por la mañana robaron en Exotarium. «Se llevaron un guacamayo y dos cacatúas», explicó. «Esto demuestra que las mafias de tráfico de animales están activas y llegan a asaltar incluso centros de rescate como el nuestro, que es un pobre centro privado que tiene recogidos unos 500 animales exóticos abandonados». «Hay que educar a la ciudadanía para que sepa que un animal exótico es el mismo problema que un perro o un gato», agregó.