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| Aquellos cuya conducta se presta más al escarnio, son siempre los primeros en hablar de los demás (Molière) |
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| Speaker's corner |
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| Insultos en el buzón de casa |
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LEOPOLDO ALAS
La primera vez me descorazonó. El 18 de junio de 2005, el Partido Popular y los obispos se manifestaron contra la igualdad de derechos de los homosexuales y yo publiqué en este rincón del hablador una columna titulada Los obispos pancarteros, donde criticaba el deplorable espectáculo que estaba dando el PP posicionándose incluso contra los homosexuales de ese partido. Aquel mismo día encontré mi columna en el buzón de casa, recortada del periódico y manchada a mano con rotulador azul de punta fina. Ponía: «Tonta manipuladora. Defiendes tu zeroloby, mentirosa». Le quité importancia. Supuse que sería algún vecino, aunque podía ser cualquiera que se hubiera molestado en averiguar mi dirección. El uso del femenino parecía indicar que el autor, para entendernos, era probablemente una marica mala de derechas. En todo caso, el anonimato denotaba vileza y cobardía. Ahí quedó la cosa hasta la semana pasada. En mi columna del 3 de febrero, Las noches de la cadena, elogié a Dragó al frente del Diario de la noche de Telemadrid, pero critiqué el obsceno sectarismo político de los informativos del canal autonómico. No es cierto, como equivocadamente dije, que no informaran sobre la manifestación del 13 de enero contra el terrorismo, en la que el PP se negó a participar; ni siquiera lo hicieron la presidenta de la Comunidad y el alcalde de Madrid, cuya ausencia sólo se explica desde un partidismo incompatible con la representatividad democrática de sus cargos. Sí que informaron, pero eso no enmienda la indisimulada manipulación propagandística de la cadena, intolerable en un medio de ámbito público. Esta vez, el recorte de mi columna que encontré en el buzón venía cargado de insultos: «Dogmática, babosa, sucia, ignoranta (sic), indigna, chupona, cortesana, que no puta; las ganas de follar, bobísima, interesada, toli y falsa, cientos de miles de adjetivos que en mi libertad de opinión y ejercida como la tuya, te puedo dedicar igual que haces tú, siniestra. Pero todo esto te lo resumo en dos: nazi antidemocrática y esencialmente fea. Lo que debió (de) llorar tu madre tras parirte». Por supuesto, lo he denunciado a la policía. El anónimo cobarde, lejos de opinar libremente, trata de intimidarme con sus insultos. Mi denuncia será remitida a los juzgados. Pero la primera consecuencia del enfrentamiento social que está alentando el PP es el fascismo, cuyos métodos son intimidar, insultar, amenazar y agredir. Y una democracia sana no puede permitirse el fascismo.
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