El caminante se sorprende de que un lugar tan sobresaliente se encuentre sumido en tan lamentable descuido. Esto es La Panera, una de las áreas recreativas más conocidas de toda la Sierra del Guadarrama. Sobre todo por el personal de Segovia, que durante los estíos, acuden a mantas para aliviar sus calores.

Según señalan desde el Ayuntamiento de El Espinar el lugar recibe 3.500 visitantes cada fin de semana del verano. Vienen por las piscinas, pero también a satisfacer ese ancestral ansia que lleva dentro el ibérico de hacer un fuego sea dónde y cómo sea, aunque esté en plena canícula y haga 40 grados a la sombra.

Para satisfacerla, existen aquí abundantes parrillas donde los domingueros se emplean a fondo y dan buena cuenta de pancetas, costillares, chorizos y morcillas. En fin, las delicias del campo.

Al contrario, en este tiempo invernal, La Panera languidece en una suerte de sueño invernal. Parece que el frío, las nieves recién caídas y los hielos del camino han metido miedo a la gente, y son muy pocos quienes se deciden estos días a darse un paseo por el río Moros.

No hay casi nadie, aunque lamentablemente, aún permanecen los rastros de los anteriores trasiegos. Alrededor de los contenedores de basura, desbordan los desperdicios, componiendo una imagen que contrasta con la prístina belleza que el último nevazo a creado en este valle.

Ignora el caminante si la limpieza del lugar es competencia de la Comunidad de Villa y Tierra de Segovia, quien se encarga de la gestión de este lugar, o si por el contrario, es potestad del Ayuntamiento de El Espinar, que por cierto parece embarcado en el loable empeño de divulgar las maravillas naturales de su municipio.

No es del agrado del caminante convertirse en el encargado de tirar a nadie de las orejas, más bien le gustaría dedicarse a relatar las maravillas de parajes como este valle del Moros. Pero no puede pasar por alto una desidia que dice bien poco de quien la consiente.

La carretera da un bucle que rodea la Panera, retornando por la orilla derecha del Moros. En este punto, conviene tomar la pista que, a la derecha nada más pasar un puente, se adentra en el valle. Enseguida alcanza una barrera, en el paraje de La Panopa, donde al otro lado del río, permanecen arruinadas dos casillas.

A partir de aquí, uno no se encuentra con nadie. Bueno, sí, se topa con la esencia de la sierra. En brazos del frío y el solitario silencio, el caminante piensa que así debió de ser una vez el Guadarrama.

La marcha es tan sencilla como seguir la pista, que recorre la orilla derecha del Moros, sin hacer caso a desviación alguna. De esta manera, a poco más de un kilómetro, se alcanza el Puente Negro, sobre el que se inicia una pista que, a la derecha marcha hacia la Plazuela de la Cebada. No hacerle caso y seguir de frente, dejando a la izquierda el refugio de Puente Negro, el primero de los tres que nos encontraremos en esta corta excursión.

La pista en este punto se convierte en un bisturí que con corte perfecto, abre en dos las tripas de este pinar memorable. Ancha, recta y en suave ascenso se adentra paso a paso en la montaña en busca de los veneros del Moros.

No los alcanzaremos hoy; la abundante nieve caída no lo aconsejan. Nos contentaremos con alcanzar el embalse de las Tabladillas, parcialmente helada su superficie. Antes se pasa por los refugios Fuente de los Guijos, del Raso y de las Tabladillas. Para entonces, comienza a nevar levemente. La decisión de volver sobre nuestros pasos, parece la más correcta.

MEJOR VEN EN TREN

Para andarines. La estación de El Espinar es el punto de partida. El ferrocarril es la mejor opción para llegar a este lugar. Renfe da servicio cada dos horas.

Información: Renfe. Tel.: 902 240 202 e internet: www.renfe.es. En este caso, desde la estación de El Espinar, hay cuatro kilómetros hasta La Panera, que también debe recorrerse, ida y vuelta, a pie.

INVIERNO EN LAS PISTAS

Hielo. Es habitual que en esta época del año, la pista este cubierta de nieve y hielo desde la Panera, incrementándose su grosor a medida que se gana altura. Imprescindible, por tanto, llevar calzado de montaña, ropa de abrigo y bastones. Calcular ida y vuelta entre dos horas y dos horas y media. No aventurarse con tiempo malo o inestable.

MUNICIPIO DE EL ESPINAR

Pistas. En el Ayuntamiento de este pueblo brindan información turística, así como sobre ésta y otras rutas de su entorno.

Información: Ayuntamiento de El Espinar. Tel: 921 181 342 e internet: www.elespinar.es.

Comer: Restaurante La Terraza.

(Tel: 921 171 557), en la estación.

Dormir: Casa rural Buenavista. (Tel.: 636 316 588), en la estación.