Sábado, 10 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6264.
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REUNION DE LA OTAN EN SEVILLA / Las conclusiones
Rusia advierte de que algunas regiones de Europa querrán la independencia como Kosovo
Los aliados discrepan en la cumbre de Sevilla del proyecto de Estados Unidos de desplegar un costosísimo escudo antimisiles para frenar posibles ataques de Irán y Corea del Norte
MARISA CRUZ. Enviada especial

SEVILLA.- Rusia advirtió ayer a los países europeos de que aceptar la independencia de Kosovo de Serbia podría provocar efectos no deseados en el Viejo Continente. El ministro de Defensa ruso, Serguei Ivanov, trasladó este mensaje a los socios de la OTAN reunidos ayer en Sevilla. Según Moscú, aliado estrecho de Belgrado, la solución para la provincia kosovar debe pergeñarse sin limitaciones temporales y siempre de acuerdo con la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU que habla de una «autonomía sustancial» pero no de independencia.

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Ivanov se mostró convencido de que la eventual independencia de Kosovo (como desea el 90% de su población) podría generar «una reacción en cadena» en otras regiones separatistas europeas y en el espacio postsoviético. «Debemos tener cuidado», señaló el ministro de Defensa ruso, «de no abrir la caja de Pandora».

«Si imaginamos una situación en la que Kosovo logra la independencia, entonces otra gente que vive en regiones no reconocidas se preguntará: ¿es que nosotros no somos tan buenos como los demás?» Esta cuestión, añadió, «concierne al espacio postsoviético, pero también a algunas regiones de Europa». Ivanov no mencionó ninguna región concreta pero todos los observadores apuntaron de inmediato casos como el de Nagorno-Karabaj o el País Vasco.

El ministro español de Defensa, José Antonio Alonso, rechazó de plano las comparaciones con la situación de Euskadi. «La asimilación de lo que ocurre en los Balcanes con España no tiene sentido. Somos uno de los países más viejos de Europa, llevamos siglos conviviendo, compartiendo estructuras institucionales y tenemos una Constitución que funciona muy bien. Por eso, esa asimilación es rotundamente rechazable en cualquier caso». Sea como fuere, lo cierto es que su predecesor, José Bono, siempre rechazó la posibilidad, por el riesgo que conllevaba, de que las tropas españolas estuvieran desplegadas garantizando la seguridad en una situación de secesión como la que se vislumbraba para la todavía región serbia.

Los aliados han abordado en Sevilla las perspectivas que se abren para Kosovo después de que se haya hecho pública la propuesta de Matti Ahtisaari acerca de su estatuto final. Para la OTAN la cuestión es de la máxima importancia porque dependiendo de dicho estatuto, planteará la retirada, el recorte o el mantenimiento de sus tropas en la región.

La mayoría de los socios, y entre ellos España, apuestan por la necesidad de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se pronuncie cuanto antes emitiendo una resolución. El problema sin embargo radica en el hecho de que el texto de la resolución no podrá incluir la fórmula de la independencia, al menos abiertamente, porque en dicho caso se toparía directamente con el veto ruso.

Tampoco parece de fácil resolución el proyecto, planteado por Estados Unidos, de desplegar un escudo antimisiles en territorio europeo con el objetivo de frenar posibles ataques de Irán y Corea del Norte. Se trata de un plan costosísimo, que en ningún caso bajaría de los 20.000 millones de euros y que implicaría en líneas generales el despliegue de 10 interceptadores de misiles en Polonia y un sistema de radar en la República Checa. Sólo en este último país, la propuesta americana implicaría una inversión de 1.600 millones de dólares y el despliegue de entre 200 y 400 militares y expertos estadounidenses.

Rusia, de inmediato, ha interpretado el plan como una «amenaza» y se opone radicalmente a la iniciativa. Así lo reconoció ayer el secretario de Estado de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, tras mantener un encuentro bilateral con su homólogo ruso. A las reticencias de Moscú se ha sumado también Ucrania.

En el terreno europeo tampoco existe consenso respecto a esta cuestión. España, por ejemplo, se opone a la instalación de un sistema de estas características, aunque no vería con malos ojos un escudo de este tipo con el objetivo de proteger a las tropas desplegadas en misiones internacionales.


Gates rebaja tensiones

El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, rechazó ayer la idea de que la tensión esté aumentando alrededor de Irán. «Mi impresión, francamente, es que en las últimas semanas ha habido un esfuerzo en Washington para que se rebaje el tono», aseguró Gates en la reunión de Sevilla. «No sé cuántas veces el presidente, Rice y yo mismo hemos repetido que no tenemos intención de atacar Irán». Los comentarios del sustituto de Rumsfeld se producen un día después de que se conociera que Irán ha realizado ensayos con misiles capaces de alcanzar a barcos de guerra en el Golfo, además de unas declaraciones del ayatolá Alí Jamenei, líder supremo del país, de que golpearían en todo el mundo a Estados Unidos si son atacados. Gates, que llegó al cargo el pasado mes de diciembre, ha advertido en varias ocasiones sobre los riesgos de una acción bélica de ese calado, pero algunos analistas consideran que el incremento de la presencia estadounidense en el Golfo Pérsico podría interpretarse como un paso en esa dirección. Después de su presencia en España para la cumbre de ministros de Defensa de la OTAN, Gates viaja a Múnich a la 43 Conferencia de Seguridad, considerada como el 'Davos de la seguridad'.

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