Domingo, 11 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6265.
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A FONDO / TITULACIONES DEFICITARIAS
El futuro de las carreras con pocos alumnos
VANESSA GRAELL

La polémica saltó cuando el conseller Josep Huguet planteó la necesidad de cerrar las carreras que cuentan con menos de 15 alumnos matriculados. Esta medida afectaría a las siete universidades públicas catalanas, porque en todas hay alguna licenciatura que estaría amenazada de desaparecer.A juicio del Departament de Universitats la calidad de la enseñanza se resiente en las clases con pocos estudiantes. Otra posibilidad sería que la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) asuma estas carreras y las imparta a distancia. En nombre de la sostenibilidad económica y pedagógica, la Generalitat prepara un nuevo mapa de titulaciones a las puertas del Espacio Europeo de Educación Superior.

BARCELONA.- Durante años las aulas de las universidades han estado masificadas. No era nada extraño ver a los alumnos sentados en el umbral de las ventanas e incluso en el suelo o los pasillos.Sin embargo, esta es una imagen que ha quedado muy lejos de la realidad. En algunas carreras el panorama es un tanto desolador, llegando a dos alumnos y un profesor por clase. El Departament de Innovació, Universitats i Empresa se ha puesto manos a la obra para diseñar un nuevo mapa de titulaciones al conocer que en Cataluña más de una treintena de carreras cuentan con menos de 15 alumnos matriculados en primer curso.

El problema de las titulaciones con pocos alumnos es el elevado coste económico que suponen para el conjunto de la universidad pública. En las últimas semanas, el conseller Josep Huguet ha adelantado algunas de las propuestas que su Departament está estudiando para acabar con la imagen de las aulas vacías. Una de ellas es eliminar o integrar las carreras con menos de 15 alumnos en otras más amplias para asegurar «la calidad de la enseñanza», afirma la comisionada de Universitats, Blanca Palmada.Aunque no duda que con grupos reducidos los estudiantes aprenderían mucho, Palmada asegura que «desde el punto de vista de la sostenibilidad económica, pedagógica y de recursos» las titulaciones con menos de 15 alumnos «no son viables». «A nadie se le ocurre hacer un hospital para 15 enfermos», ejemplifica la comisionada.

«No es sólo un tema económico, hay que tener en cuenta los intereses de los estudiantes», añade. En este sentido, hay que preguntarse cómo hacer un debate en el aula con sólo seis alumos o cómo organizar los trabajos en grupo y seminarios con tan pocos estudiantes.

Las titulaciones que están en el punto de mira y que podrían desaparecer pertenecen al ámbito de las Letras o bien son enseñanzas técnicas muy específicas. En ambos casos, Universitats propone un tronco común para después desarrollarlo de forma más especializada.

Pero toda regla tiene una excepción, y en este caso es la Filología Catalana, que sería indultada por la Generalitat por considerarla «estratégica». Palmada extiende la posibilidad de excepción a otras materias sobre las que «Cataluña quiere tener una visión completa y autosuficiente». Pero aún está por determinar cuáles serían.

Universitats apuesta claramente por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) como «instrumento para dar servicio a determinadas necesidades». Lo que significa que la UOC podría asumir algunas titulaciones deficitarias e impartirlas a distancia. El Govern mantiene una estrecha colaboración con la UOC, que a pesar de ser privada recibe subvenciones públicas. Palmada indica que en un futuro habrá que «motivar e incitar el diálogo» entre la UOC y el resto de universidades.

Para elaborar el nuevo mapa de titulaciones, Universitats espera conseguir el máximo consenso entre la comunidad universitaria y prestará mucha atención a las «necesidades sociales», la demanda del mercado y la de los estudiantes -que no siempre coinciden-, señala Palmada. A partir de ahora, las titulaciones serán «más a la carta y no tanto de menú», sostiene la comisionada. De este modo, cada alumno podrá diseñar su propio itinerario en función de las asignaturas y no estará limitado al conjunto de materias cerradas del plan de estudios. El problema del sistema actual es que está anclado en unas estructuas muy rígidas, que han encajonado a la Generalitat con costes excesivos: «La irracionalidad más grande era el catálogo en sí», considera Palmada.

En todo caso, el nuevo Espacio Europeo de Educación Superior (más conocido como el proceso de Bolonia) abre un margen de libertad a las universidades. En el marco europeo -que habrá que alcanzar en 2010-, las carreras dejarán de ser licenciaturas para convertirse en grados que se podrán completar con postgrados y masters. La comisionada de Universitats hace hincapié en la necesidad de diseñar las nuevas titulaciones de forma fácilmente adaptable a los cambios sociales y económicos: «Tienen que ser flexibles para responder a las variaciones de la demanda que no es estable ni inmutable». Siguiendo este criterio muchas carreras no tendrían por qué desaparecer ya que podrían concentrarse y continuar siendo sostenibles.

Aunque en Cataluña las titulaciones se desplegaron por el territorio de forma equilibrada, en demasiadas ocasiones el impulso de crear nuevas carreras ha venido de las universidades y no tanto del Govern, por lo que se han multiplicado carreras con poca demanda en localidades cercanas. Por eso, Universitats se ha fijado el objetivo de tener listo el nuevo mapa a lo largo de este año.Para ello, tendrá que establecer los criterios por los que autorizará a las universidades a impartir una determinada titulación. Palmada advierte de que «se tendrá muy en cuenta las potencialidades de cada universidad», es decir, se pondrá especial atención en analizar el perfil de cada facultad, cuáles son sus puntos fuertes y los méritos de investigación.

Sin embargo, la polémica surgida por el desajuste entre oferta y demanda no sólo afecta a Cataluña, sino que se extiende al resto del Estado. El debate se reabrió en enero a raíz de la publicación del Atlas Digital de la España Universitaria que diagnosticaba la situación de la universidad pública. Este estudio de la Universidad de Cantabria concluye que la caída de la demanda va a continuar hasta el horizonte del 2016. En la presentación del Atlas, la propia ministra de Educación y Ciencia, Mercedes Cabrera advirtió de que habría que tomar «decisiones trascendentes».

Decisiones que el Departament de Universitats ya está tomando.Porque, según datos del Ministerio, Cataluña es la tercera comunidad con un mayor desajuste entre oferta y demanda, por detrás de Andalucía y Castilla y León.

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