Los Mossos d'Esquadra han detenido a cuatro personas presuntamente relacionadas con dos asaltos a domicilios de L'Hospitalet de Llobregat a principios de noviembre y Vilassar de Mar, a principios de diciembre.
Los detenidos, de nacionalidad dominicana, ya han pasado a disposición judicial, pero la investigación sigue abierta y no se descarta que se les atribuya más acciones. La banda empleaba una violencia extrema para intimidar las víctimas, como con amenazas de cortarles los dedos con un cúter, quemarles la cara con una plancha y llevarse como rehén a algún miembro de la familia de las víctimas.
Los presuntos asaltantes son Kelvin Domingo C.T., Radiguer S.M., Francisco Javier F.C. y Félix María C.M., residentes todos en L'Hospitalet de Llobregat, según informa ACN.
Se les acusa de robo con violencia e intimidación y detención ilegal en dos asaltos cometidos en L'Hospitalet de Llobregat y Vilassar de Mar. El inspector jefe del área regional de investigación de la Regió Metropolitana Sud de los Mossos d'Esquadra, Carles Falcó, explicó ayer que en el primer asalto, de principios de noviembre, uno de los miembros de la banda se hizo pasar por mensajero para que la víctima, un empresario jubilado, le abriera la puerta del domicilio, situado en la calle Severo Ochoa.
Fue entonces cuando los otros asaltantes encañonaron al empresario con una pistola en la cabeza y le dijeron que «venían a matarle».A continuación, le inmovilizaron y se llevaron varios objetos de valor. Falcó remarcó que el grupo disponía de información de primera mano sobre las costumbres de las víctimas, así como el botín que podían extraer. Unos datos que podrían haber obtenido a través de un santero, sobrenombre por el que se conocen personas cercanas o que aportan datos de las futuras personas asaltadas.
La otra acción atribuida a la banda tuvo lugar a principios de diciembre en una casa unifamiliar de Vilassar de Mar. En esta ocasión, aprovecharon la entrada en el aparcamiento de la víctima, un constructor, para introducirse tras él en el domicilio, encapuchados y con pistolas, cuchillos y cúters. Siguiendo el mismo modus operandi, una vez dentro de la casa, los asaltantes golpearon a las víctimas, las amordazaron,y ataron de pies y manos. Para obtener el botín, las amenazaron hasta conocer la ubicación de los objetos de valor y la caja fuerte, así como la contraseña para abrirla.
Falcó aludió a la extrema violencia con que actuaban los presuntos asaltantes. «Les amenazaban con cortarles los dedos con un cúter, y calentaban una plancha y decían que se la estamparían en la cara», señaló. En el caso de Vilassar, la activación de la alarma de la casa evitó que los asaltantes marcharan con un rehén.