Domingo, 11 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6265.
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 CRONICA
CRISIS / EL TABACO QUE VENIA DE ANDORRA
JAQUE A REIG
CIERRA LA fábrica del Principado donde nacieron los famosos puritos que Pepe Domingo Castaño popularizó en «Carrusel Deportivo». El locutor escribe la esquela
GALA DIAZ CURIEL

Quizás no tan internacional como el Tócala otra vez Sam pero sin duda tan nuestra como la empanadilla de Móstoles es el Pepe, un purito con el que Jorge Armenteros daba paso a las inconfundibles cuñas publicitarias de Pepe Domingo Castaño en el Carrusel Deportivo de la Cadena Ser. Todo un grito de guerra que llevó a la firma de tabacos Reig a la cumbre del éxito al convertirse en una de las marcas con mayor repercusión y notoriedad en la radio. Pues bien, la marca andorrana que en los últimos tiempos se codeaba con monstruos mediáticos como El Corte Ingles, la ONCE, o Coronita, está a punto de perder una parte fundamental de su historia.

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Tras 126 años de actividad en el Principado, Reig anunciaba hace unos días su cierre. El director general de la empresa, Esteve Planella, se negaba a ofrecer más detalles este miércoles a CRONICA. «No queremos dar más información de la que ya hemos dado estos días pero principalmente vamos a cerrar por un descenso en las ventas y porque teníamos demasiado stock almacenado». Otros como Jesús Sagredo, director financiero de la Compañía Canariense de Tabaco -desde las Palmas de Gran Canaria se encargará de seguir con la producción de los puritos- apunta motivos más técnicos. «Creo que el próximo cierre de la fábrica de Andorra ha tenido que ver con que las instalaciones eran muy antiguas. Con la aplicación de la ley antitabaco se notó un descenso de las ventas pero no podemos decir que las cifras fuesen muy dramáticas».

Las puertas de la fábrica se cerrarán finalmente en cinco días (16 de febrero), dejando sin empleo a 23 trabajadores, la mayoría vecinas de Sant Julià de Lòria. La única recompensa después de tantos años fabricando, entre otros, los famosos Reig Minor 15, parece que será una indemnización superior a la que marca la ley como compensación por los años trabajados.

En 1909 Julià Reig Roqueta revolucionó la pequeña localidad de Sant Julià de Lòria con la creación de la primera fábrica de Tabacos Reig. El pequeño taller de producción de tabaco que su padre había fundado a principios del siglo XIX se había quedado pequeño para el enorme volumen de trabajo y la única manera de conseguir que el negocio siguiese prosperando era construyendo una gran fábrica.

Las paredes de Cal Rafeló se convirtieron entonces en la morada de al menos una docena de trabajadores que, sin luz eléctrica y casi sin maquinaria, fabricaban gran parte de la producción total en unas jornadas laborales interminables. El resto corría a cuenta de las decenas de personas del pueblo que trabajaban desde sus casas haciendo puros o cajetillas y que sólo se acercaban hasta la fábrica para entregar el producto y cobrar.

TIEMPO DE CONTRABANDO

Quizás porque el tabaco se puso de moda en los campos de batalla, la demanda de los productos Reig aumentó en los años de la Guerra Civil. El contrabando se hizo parte del juego del mercado porque entonces igual que ahora, el tabaco andorrano salía más económico a españoles y franceses. Así que, los mismos empleados que de día trabajaban en la fábrica a las órdenes de la familia Reig se veían obligados a partir de noche cargados con unos fardos de tabaco que sobresalían por encima de sus cabezas.

El aliento de los gendarmes en la nuca y el par de alpargatas con las que iban domando la nieve no eran motivo suficiente para dejar un negocio que, cuando no había demasiado qué comer, dejaba un buen sobresueldo.

Hoy aquella vieja fábrica que ya cerró sus puertas en 1957 por falta de espacio alberga el Museo del Tabaco, una obra cultural promovida por la Fundación Julià Reig que pretende mantener vivo el recuerdo de una institución empresarial fundamental para el desarrollo económico e histórico de Andorra. Nuria Parés, responsable del museo desde que en octubre de 2003 abrió sus puertas, lamenta que haya llegado el fin de Reig en el Principado. En cierto modo, siente ella, la centenaria marca ha sido víctima de la ley antitabaco de 2006.

«Desde que entró en vigor parece que hasta el nombre del museo se ha desvirtuado. Ahora todo lo relacionado con el tabaco está mal visto, pero para nosotros el tabaco es parte de nuestra historia y no podemos relacionarlo sólo con una enfermedad. El tabaco», prosigue con añoranza la responsable del museo, «son las hojas secándose o las enormes plantaciones en el campo».

Cuando la fábrica de Tabacos Reig comenzaba a cosechar sus primeros éxitos, al menos otros cinco competidores operaban en la parroquia. A pesar de lo que pudiera parecer, el clima en la zona era perfecto y el tabaco se cultivaba desde primavera y hasta finales del verano. Un negocio rentable que daba empleo a los lugareños y que hizo cambiar los campos de cereales por enormes plantaciones de tabaco.

Pero si los puritos del fútbol han llegado hasta nuestros días siendo líderes del mercado no será sólo gracias a Pepe Domingo o a la «junta de la trócola» con la que Gomaespuma anunciaba también los famosos tabacos andorranos. Mucho tienen que decir los hijos de Julià Reig, que se encargaron de continuar con el negocio familiar.

Presidente del Parlamento andorrano en dos periodos, experto banquero y promotor de la Seguridad Social y del sufragio en Andorra, Julià Reig Ribó (el mayor de los tres hijos) fue quien definitivamente dio un gran impulso a la fábrica que había fundado su padre.

«Ribó», comenta Nuria Parés, «fue el encargado de trasladar la empresa en 1957 a un local más grande que la antigua fábrica. Era un gran comerciante, viajó mucho, hizo contactos con el exterior y trajo nuevas ideas y nuevas máquinas». Dicen quienes saben de los placeres del tabaco que el éxito de esta mítica fábrica estuvo desde el principio en sus exóticos aromas. Recetas con olor a canela, eucalipto, regaliz, vainilla, ron o café -entre otros muchos- que Julià Reig mantuvo en secreto hasta que pudo pasar el testigo a sus hijos.

En los tiempos que corren, pocas recetas mágicas quedan ya en el mercado -si acaso la de la Coca-Cola- que se les augure larga vida. Los menos sentimentales siempre tendrán la opción de seguir disfrutando de los puritos Reig que ahora llegarán de Gran Canaria.

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