Domingo, 11 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6265.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Deportes
Cultura
Toros
Comunicación
Última
Crónica
Nueva economia
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
La omisión del bien no es menos reprensible que la comisión del mal (Plutarco)
 CRONICA
LA FRASE (6)
"Un juez prohíbe el carnaval de Tenerife en la calle por el exceso de ruido denunciado por los vecinos"
NOTICIA DE PRENSA
JOSÉ ANTONIO MARINA / Filósofo

Comprendo la irritación de los tinerfeños ante la posibilidad de quedarse sin carnaval, pero este llamativo asunto debe servir para plantearnos seriamente el problema del ruido en las ciudades. Desde el año 2003 hay una Ley del ruido, pero deja a los municipios la reglamentación concreta, que a veces es de difícil aplicación. La contaminación acústica puede ser insoportable. Compadezco a los vecinos que viven en zonas de botellón. En noviembre de 2004, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó al reino de España a indemnizar a una vecina de Valencia por las molestias que le había causado la apertura de una discoteca en el inmueble en que vivía. Sus denuncias ante distintas instancias administrativas y judiciales habían sido desestimadas, por lo que acudió al tribunal europeo, que sentenció que el ruido «había violado su derecho al respeto a su domicilio», y consideró que el Estado había faltado a su obligación de garantizar «el respeto a su vida privada». El ruido constituye una invasión contra la que resulta difícil defenderse. Es inevitable el conflicto entre el espacio privado -el hogar-, y el uso público de las calles, pero cuando dos derechos fundamentales se enfrentan, hay que establecer cuidadosas ponderaciones de acuerdo con las circunstancias. Es en estos casos cuando la educación ciudadana, el civismo, se hacen indispensables. Sin respeto mutuo no se puede convivir.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
 publicidad
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad