Desde el jueves, en su victoria sobre el anfitrión, el Unicaja, se comporta con orden, algo intermitente, bien parapetado en la defensa y con un rendimiento espectacular de sus dos exteriores titulares, Navarro y Basile. Pero no sólo responde el dúo de tiradores, hay síntomas de equilibrio, pues al liderazgo se suma Jordi Trias. El ala-pívot cargó en sus inicios profesionales con un cartel de hormigón. «El nuevo Gasol», se escribió de un chico versátil y espigado. Poco a poco, ha encontrado su identidad, y su rendimiento supone una de las claves de un Barcelona que repite la final de 2001, su penúltimo título, pues repitió en Valencia en el año 2003.

Para el Real Madrid, la situación histórica es muchísimo peor. No vence en esta competición desde 1993, cuando triunfó en La Coruña, con una plantilla comandada por Sabonis. También andaba por allí, vestido de Antonio Martín, ahora de traje y corbata, como corresponde al director técnico de la sección de baloncesto. Precisamente, los blancos sumaron aquella victoria ante Barça. Pese al éxito en La Coruña, el balance es favorable a los azulgrana, por 2-1, en las finales de Copa ACB, desde 1984. Antes, siempre dominaron los blancos, que son la entidad con más Copas en sus vitrinas (22). Poco pesa ahora lo pretérito. En el emparejamiento más cercano en el tiempo, el pasado 25 de noviembre, el Real Madrid arrolló al Barcelona (90-73), que entonces funcionaba bajo códigos de anarquía, contrarios a Dusko Ivanovic, que aspira esta tarde a sumar su tercer título. Los dos primeros los alcanzó con el Tau. Quien tiene la ocasión de estrenarse es Joan Plaza. El catalán, entrenador debutante en la máxima categoría, era el único de los ocho técnicos presentes en Málaga que no había conquistado el trofeo.