Ése fue el instante en el que muchas madres decidieron sacar a sus hijos del paseo de Vara de Rey de Ibiza, en el que el Ayuntamiento, gobernado por el socialista Xico Tarrés, celebraba esta actividad el pasado viernes día 2, tras convocar a las 20.15 horas a niños y niñas mayores de ocho años a este espectáculo abierto al público y gratuito.

La actividad de ocio juvenil Ibiza Underground está en manos de la Fiscalía de Menores de Baleares, que ha iniciado una investigación sobre la actuación contratada por este Consistorio a la compañía teatral ibicenca Foc i Fum.

La Oficina del Defensor del Menor del Gobierno balear, así como la Consejería de Bienestar Social de Ibiza y Formentera también han presentado sendos informes relatando los hechos ante la Fiscalía.

Para la portavoz del PP y candidata a la Alcaldía de Ibiza, Virtudes Marí, el espectáculo, exhibe «conductas absolutamente pornográficas, con magreos evidentes, posturas manifiestamente obscenas y genitales masculinos engrandecidos». O sea, «un espectáculo que no es propio para los niños, y por el que la Fiscalía debe actuar».

Marí reconoció sentirse sorprendida porque esto ocurra en un Ayuntamiento en el que, «además, gobierna un maestro de escuela».

El portavoz del Consejo Insular de las islas, Joan Marí Tur, calificó la escena de «provocación» y dijo que puede tener consecuencias jurídicas, porque hay «otros colectivos sociales que han anunciado que denunciarán los hechos».

El Ayuntamiento de Ibiza anunció ayer en un comunicado que «los técnicos de la Concejalía de Juventud han pedido al coordinador de la compañía teatral que no mostrasen más escenas de desnudos, dado que en aquellos momentos había niños y niñas entre el público». Además, en la misma nota, el Consistorio «pide disculpas por si alguien se ha sentido ofendido».

No es la primera vez

Desde el Consistorio también aseguran que la representación pudo verse con anterioridad en horario de tarde y abierto a todos los públicos en Sant Antoni y en Santa Eulària «sin que los responsables de estos municipios, gobernados por el Partido Popular, vieran ningún motivo de escándalo».

No es la primera vez que el Ayuntamiento de Ibiza se ve involucrado en un caso de escándalo sexual vinculado con menores. El diciembre de 2005, la asociación gestora de los programas de ocio para los jóvenes, vinculada al Obispado de Ibiza, rompió sus relaciones con el Consistorio tras la inclusión del taller de educación sexual Erótik@, alegando que el Ayuntamiento «no aborda el tema de la sexualidad de forma adecuada».

«Cogieron a siete chicos, les pusieron vendas en los ojos y los sentaron en unas sillas, después me dieron un plátano, me dijeron que le echara nata , y las monitoras y yo se lo metíamos en la boca a los chicos; muchos lo chupaban y había un hombre que lo estaba grabando todo con el teléfono», relató entonces a EL MUNDO uno de los menores que asistió al taller.

Pese a que uno de los objetivos de la actividad era la prevención del VIH, en ningún momento se informó a los jóvenes sobre cómo prevenirlo, según dos asistentes.

«Me dijeron que me echara perfume en la muñeca y que pasara ante todos los que tenían los ojos vendados para que me olieran», recordó uno de los menores. Más tarde, los monitores les dijeron a los que no llevaban los ojos vendados que repitieran la ronda, pero esta vez con la colonia en el cuello. «Me daba un poco de cosa que me olieran en el cuello, sobre todo porque ellos parecían disfrutar», explica.

«El que tenía los ojos tapados extendía la palma de la mano y el otro le acariciaba con la punta de los dedos». La actividad iba subiendo de tono, y era entonces cuando alguno de los menores y las monitoras soplaban suavemente sobre la cara y el cuello del vendado. «Luego teníamos que quedarnos cerca del vendado, respirando cerca de su oreja y sin tocarlo; podíamos ver cómo a los más puestos se les ponía la piel de gallina», explicó. Casi al final, «teníamos que acariciarle el pelo y la cabeza, masajeando su cara con los dedos».

Luego entró en juego un pincel, con el que tenían que «acariciar las manos, el cuello, la cara y los antebrazos a los de la venda, después pasábamos por los mismos lugares arañando un poco, aunque esto lo hacían mejor las monitoras». Al final, los jóvenes que estaban sentados en la silla recibían un ligero masaje en los hombros.