La Reina y los Príncipes de Asturias llegaron ayer, poco antes de las 20.30 horas, a la parroquia de la Anunciación de Nuestra Señora para asistir a la misa funeral por el alma de Erika Ortiz Rocasolano, celebrada a petición de su familia.
Doña Sofía, acompañada de su hija la infanta Elena, y de su hermana, la princesa Irene de Grecia, fue la primera en llegar en un automóvil.
Seguidamente lo hicieron los Príncipes de Asturias, junto a Paloma Rocasolano y sus padres, Francisco y Enriqueta, y la otra hermana de Erika, Telma Ortiz.
Nada más bajarse de los automóviles, la Reina cogió cariñosamente a Paloma Rocasolano del brazo, mientras que la Princesa de Asturias hizo lo propio con su abuelo materno, ayudada por la infanta Elena.
En la puerta principal de la parroquia se encontraba, desde 15 minutos antes, el padre de la Princesa de Asturias, Jesús Ortiz, junto con su esposa, Ana Togores, y su madre Menchu Alvarez del Valle.
Asistieron también al funeral los duques de Soria, la infanta Margarita y Carlos Zurita, acompañados de sus hijos, Alfonso y María, así como el primo de los Príncipes de Asturias, Bruno Gómez-Acebo.
Asimismo, acudieron al funeral, entre otros, Antonio Vigo, padre de la hija de Erika, su último novio, Roberto García, y Emilio Aragón, presidente de la cadena de televisión La Sexta, en cuya empresa trabajaba Erika Ortiz.
Algunas otras personas entraron al templo, localizado en el municipio madrileño de Pozuelo de Alarcón, por una puerta lateral. Se trata de una construcción sobria, sin ninguna clase de adorno.
El arzobispo castrense emérito José Manuel Estepa celebró el acto religioso en esta parroquia del Prado de Somosaguas (Pozuelo), que la Familia Real siguió desde el lado del Evangelio y los familiares de Erika desde el lado de la Epístola.
El Rey, los príncipes y las infantas asistieron el pasado jueves al responso que se ofreció en el tanatorio de La Paz, previo a la incineración del cuerpo de la hermana menor de Doña Letizia.
No pudo hacerlo, sin embargo, la Reina, que se encontraba en Indonesia en un viaje de cooperación, que suspendió nada más conocer la noticia para regresar a España.
Tampoco pudo acudir al acto del tanatorio de La Paz en Madrid la otra hermana de Erika, Telma Ortiz, que vive actualmente en Manila, y no pudo llegar a la capital de España hasta el pasado viernes.