WASHINGTON.-
La Casa Blanca aseguró ayer estar «sorprendida y decepcionada» con los comentarios del presidente ruso, Vladimir Putin, quien dijo, por sorpresa, que Estados Unidos trata de imponer su voluntad al resto del mundo.
Las palabras del mandatario ruso, empleando un lenguaje de confrontación que recordó las arengas de los peores años de la Guerra Fría, fueron pronunciadas en la Conferencia de Seguridad que se celebra en Múnich (Alemania) y a la que asisten más de 250 jefes de gobierno, ministros y expertos de 40 países. Un discurso que supone el ataque más duro a EEUU en los siete años de Putin en el poder.
«Estamos sorprendidos y molestos con los comentarios del presidente Putin. Sus acusaciones son erróneas», dijo ayer en declaraciones a la prensa recogidas por Efe Gordon Johndroe, secretario de prensa del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
A pesar de estas palabras, la máquina diplomática estadounidense no quiso cerrarse puertas de cara a futuras negociaciones con el Kremlin.
De hecho, el mismo Johndroe matizó que, a pesar del ataque verbal, Washington espera continuar la cooperación con Rusia en áreas importantes para la comunidad internacional como la lucha antiterrorista y la reducción en la proliferación de armas de destrucción masiva.
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