Los dictadores parece que no tienen corazón. Lo que sucede es que frecuentemente sólo se manifiesta cuando falla y deja de latir. Esto es lo que pasó en uno de los países más despóticos del planeta: Turkmenistán. Es escasamente conocido pero con una importantísima posición geoestratégica.
La desintegración de la URSS en 1991 y el surgimiento de 15 nuevos Estados hizo que en algunos de ellos se produjeran balbucientes pasos (a veces de cangrejo) en derechos y libertades. A eso se unía el creciente nacionalismo de unos territorios independizados de Moscú. Turkmenistán inicialmente no era partidaria de separarse de la Unión Soviética. Pero la URSS se evaporó y tras ello la nada, por lo que este país netamente musulmán, de un tamaño similar al de España y de sólo cinco millones de habitantes, comenzó su andadura independiente.
Al frente ya se encontraba Niyarov que hasta el pasado diciembre condujo el país por una senda no sólo inmensamente represiva sino también con unos abundantes tonos surrealistas. Al veneno inoculado del comunismo soviético más estalinista se le sumaba una personalidad muy extravagante. La oposición política no existía, estaba en la cárcel, en el exilio o bajo tierra. Como en los cuentos orientales de Sherezade, era una desgracia ser elegido como ministro o alto cargo. Muchos de ellos, tras su cese pasaban a gozar de una estancia en el paraíso o eran confinados en mazmorras con sus familias y desposeídos de todos sus bienes.
Es uno de los países más cerrados del mundo y es muy difícil conseguir un visado de entrada. Periodistas occidentales y dirigentes de ONG tienen vetado su ingreso, pero era conocido su estilo surrealista de gobernar basado en un ilimitado culto a la personalidad, casi una divinidad que disponía sobre las vidas de sus súbditos.
Además de hacerse llamar «padre de todos los turkmenos», escribió el Rujhnama (Libro del Alma), libro de reglas morales de estudio obligado en los colegios. Cambió los nombres de los días de la semana y los meses del año, titulándolos con los de «personalidades» y parientes. Prohibió la ópera, el ballet y el circo. Construyó una de las mezquitas más grandes y lujosas de la tierra en cuyo interior comparten espacio en los capiteles frases morales de su libro con las que escribió el Profeta (éstas últimas en letras más pequeñas).
Pero falleció en diciembre, abriéndose unas expectativas cuyas consecuencias trascienden sus fronteras. Éstas lindan con dos naciones clave actualmente, Irán y Afganistán, y, además, posee el 30% de las reservas mundiales de gas. Rusia, Ucrania y la república iraní son los principales compradores de este recurso natural y hace apenas 10 meses han firmado un importantísimo acuerdo con China incluyendo un gasoducto. Ahora, los interrogantes abiertos tras la muerte del líder podrían generar para Europa una situación de nueva crisis en su gran dependencia energética respecto las repúblicas ex soviéticas.
Tras el fallo cardíaco del señor feudal, su sucesión no se realizó siguiendo los cauces previstos en la Constitución que ordena que en caso de vacante, el poder correspondería al presidente del Parlamento. Sin embargo, apenas un día después del óbito el heredero legal fue desposeído y ya le han iniciado un juicio penal. Tomó las riendas el viceprimer ministro y titular de Sanidad, cuyo gran parecido al dictador desaparecido hace que se haya extendido la idea de que es su hijastro.
Es él, por supuesto, el candidato oficial en las elecciones de este domingo. Además, concurren, otros seis candidatos más pero son burócratas sin ninguna significación política ni social. El resultado de las elecciones es más que previsible pues no hay condiciones minimamente democráticas. Lo que resulta esencial es que, aunque sea muy lentamente, se inicie un proceso de apertura política y social de uno de los países hasta ahora más cerrados del planeta. Europa debe aprovechar para acercarse a un país que ofrece unas posibilidades de desarrollo estratégico, económico y comercial. Para ello y para impulsar la democracia en esta zona, resultaría muy positivo que para 2009 se otorgara a Kazajstán la presidencia de la OSCE que ahora para el año en curso ejerce España.
es vocal de la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados (PP) y observador internacional en las elecciones de Turkmenistán.
Jesús López-Medel