DANIEL UTRILLA. Corresponsal
MOSCU.-
Si Peón era el médico que atendía a los dioses griegos en la Ilíada, Gurbanguli Berdimujamedov pasaba hasta hace poco por ser el doctor de cabecera del dios de Turkmenistán, Saparmurat Niyazov, el presidente vitalicio del régimen más personalista de la antigua URSS, cuya inesperada muerte ha abierto un proceso electoral inédito en los últimos 21 años.
Dentista de formación y médico personal de Niyazov, Berdimujamedov fue la primera persona en enterarse de la muerte del líder el pasado 21 de diciembre, cuando le falló el corazón. Esta constatación entraría dentro de lo normal si no fuera porque, además de ser el médico del dictador turkmeno, Berdimujamedov era viceprimer ministro (antes fue ministro de Ciencia y Sanidad) y ahora no sólo es el presidente en funciones, sino el candidato mejor posicionado para ocupar el trono de este país centroasiático tan rebosante de petróleo y gas como insondable para la mirada de Occidente.
A tenor de la rápida ascensión de Berdimujamedov como hombre fuerte del país, los analistas subrayan que la casta dirigente de Turkmenistán tenía muy bien planeada la sucesión de Niyazov, cuyo círculo era regularmente purgado con constantes destituciones.
Berdimujamedov, que parte como favorito en las presidenciales de hoy (los otros cinco candidatos no le hacen sombra) informó de la muerte de Niyazov al Consejo de Seguridad antes que al presidente del Parlamento, Ovezgueldi Atayev, sucesor según la línea constitucional, que fue arrestado tan sólo dos horas después de conocerse la muerte del dictador. Fue precisamente en el Consejo de Seguridad donde se tomó la decisión de promover a Berdimujamedov, de 49 años, como candidato a la Presidencia, para lo cual hubo de modificarse la ley fundamental (que establece 50 años como edad mínima del presidente).
Los cambios ya prometidos por Berdimujamedov han puesto al descubierto la deriva anacrónica y antisocial del régimen de Niyazov. Junto a la recuperación del régimen de pensiones (que el dictador suprimió en un canto a la austeridad nacional), se prevén medidas contra el aislamiento, tales como el acceso libre a internet, los viajes de estudios al extranjero e incluso la recuperación de la conexión ferroviaria con Rusia. El Consejo de Seguridad también se plantea la posibilidad de revisar las penas de los presos políticos encarcelados sistemáticamente por Niyazov.
En los últimos años, cientos de altos funcionarios que habían acumulado influencia fueron acusados (por decreto directo del dictador) a pasar largas temporadas en la cárcel, entre ellos varios viceprimer ministros, un fiscal general y un secretario de prensa.
Se espera que el nuevo presidente modere o corte de raíz el boato delirante en el que se había instalado el culto a Niyazov, omnipresente en estatuas y retratos.
Pese a la presencia testimonial de una misión electoral de la OSCE, las elecciones de hoy se realizan a puerta cerrada y no serán supervisadas por observadores, que no han sido invitados.
|