El consejero de Interior de la Generalitat de Cataluña. Joan Saura, ha reabierto esta semana la vieja polémica al proponer la despenalización de la droga. Saura argumenta que ello permitiría un control médico de los estupefacientes, como sucedía en el pasado, y acabaría con el narcotráfico. El planteamiento de Saura ha sido contestado por políticos y expertos que creen que se produciría el efecto contrario. Ponen como ejemplo la actual permisividad en el consumo de alcohol, que está creando un grave problema entre la juventud. Éste es el punto de vista mayoritario entre nuestros lectores.
CIBERESPACIO
Libertad individual
La política prohibicionista, al igual que la Ley Seca en Estados Unidos, sólo ha provocado la aparición de mafias y la adulteración de las drogas, sin evitar el consumo masivo. Quien quiere tomar drogas, las sigue consiguiendo sin demasiados problemas. Eso sí, a menudo tiene que tratar con criminales e incluso convertirse él mismo en uno por el mero hecho de comprar sustancias prohibidas. Luego vienen las muertes por sobredosis, debidas a la imposibilidad de conocer con exactitud qué y en qué dosis se está ingiriendo. Basta ya de intromisiones en la libertad individual. El abuso, que no el uso, de las drogas, igual que el del alcohol, debe combatirse con información, y que cada uno tome sus propias decisiones. La legalización de las drogas arruinaría a las mafias, concedería mayor seguridad a los usuarios y beneficiaría enormemente a la economía (incluyendo al Estado, tanto por el aumento de la recaudación fiscal como por la eliminación de los absurdos gastos que conlleva la persecución).
Una ley que se incumple continuamente no es una buena ley. Basta de tratar a las personas como idiotas. Cada uno es dueño de sus actos. Jaime de María. Palma de Mallorca.
Atraerá a otros
Que lo hagan en Cataluña si quieren, que no me concierne. Desde luego no lo apoyo, bajo ningún concepto, en el resto de España. Quizás así resuelvan, o no, el problema del narcotráfico. Pero desde luego se van a encontrar con una emigración masiva de todos los drogadictos europeos hacia allí. Evidentemente, toda una «aristocracia» social y económica. Antonio Antón. Correo electrónico.
La vida al revés
Entre la ministra Salgado y el consejero del Interior catalán, será fácil de ver en España comprar una botella de vino a un camello y una dosis de cocaína en un supermercado. José Luis Leal. Correo electrónico.
Seguiría el delito
¿Y dónde se venderían las drogas? ¿En las farmacias de nuestros barrios? Los drogadictos seguirían sin tener dinero para comprarlas y seguirán robando. No entiendo cómo se puede combatir el narcotráfico con esa medida. Vender música y videojuegos es legal y hay un mercado negro, el top manta, que existe a pesar de que podemos comprar legalmente un CD. Isabel Mª Peralta. Valencia.
Más controles
La prohibición en sí misma y el halo de misterio y riesgo que envuelve el ambiente de los iniciados en el consumo de drogas actúan como estímulo para el adolescente; por otra parte, resulta paradójico que mientras cualquier alimento o sustancia legal está sometida a los más estrictos controles sanitarios, las más peligrosas escapen a dichos controles y puedan estar cortadas con auténticos venenos; además, todo el dinero que nos ahorraríamos de la lucha contra el narcotráfico y sus criminales organizados lo podríamos dedicar a proporcionar a nuestros jóvenes auténticas alternativas de ocio y sobre todo a la prevención y a la formación. José F. Colinas. Burgos.
|