La omisión del bien no es menos reprensible que la comisión del mal (Plutarco)
OPINION
Impresiones
Putin y la nostalgia de la Guerra Fría
El presidente ruso se convirtió ayer en el inesperado protagonista de la Conferencia de Seguridad de Múnich con el que seguramente habrá sido su discurso más agresivo contra los Estados Unidos hasta la fecha. Según Putin, la política exterior de aquel país «no tiene nada en común con la democracia» y ha hecho del mundo «un lugar más peligroso». El contenido de la crítica no resulta muy novedoso, pero sí lo es que Putin se apunte de forma tan abierta a esa corriente, más teniendo en cuenta que él nunca ha responsabilizado de esa deriva a George W. Bush, al que calificó en Múnich de «hombre decente». De hecho, el discurso del presidente ruso tuvo varios ecos que resonaron en el auditorio como nostalgia por los tiempos de la Guerra Fría, especialmente su ataque a Washington por querer «imponer un mundo unipolar» y a la OTAN por «olvidarse de que su naturaleza no es universal». Evidentemente, los días de la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia como sendos contrapoderes quedan ya lejos, y prueba de ello es que las palabras de Putin fueron recibidas por los delegados estadounidenses con una mezcla de condescendencia y sorna. «Muy cándido», fue el calificativo que el secretario de Defensa Robert Gates dirigió al máximo mandatario ruso tras su intervención. Pero quizá Putin tuvo algo más que un arranque de nostalgia y también ha empezado a marcar el camino a su sucesor.