JAVIER MEMBA
La estrella de Barbara McNair brilló a lo largo de cuatro décadas. Esta afamada reina del espectáculo estadounidense, a diferencia de otras afroamericanas interpretes de soul, tenía rasgos de blanca, lo que curiosamente fue a convertirla en la mujer ideal en los días en que comenzó a reivindicarse la belleza de las negras. Fallecida a consecuencia de un cáncer de garganta, en sus buenos tiempos fue una invitada habitual en espacios como el Show de Dean Martin, Toast at the Town o The Tonight Show, entre otras luminarias de la televisión estadounidense de entonces.
Para el espectador español, Barbara tampoco era una desconocida. En nuestras pantallas se pudo apreciar su buen hacer en su creación de Valerie Tibbs en cintas como Ahora me llaman señor Tibbs (Gordon Douglas, 1970) y El inspector Tibbs contra la organización (Don Medford, 1971). Siendo aquellos dos títulos la continuación de la serie del teniente Virgil Tibbs iniciada en El calor de la noche (Norman Jewison, 1967), de más está apuntar el mensaje antirracista que entrañaban y lo determinante que fue el papel jugado por Barbara en la demostración de que las negras pueden ser tan guapas como las mujeres de cualquier otra raza.
Tras estudiar música en su Racine natal, la joven Barbara se empleó algún tiempo como secretaria antes de retomar esas canciones que de niña interpretaba en su iglesia. Los escenarios de estas nuevas interpretaciones fueron los clubes de jazz y soul de Chicago. La oportunidad que la voz que habría de cautivar a audiencias de cuatro generaciones estaba esperando se la brindó Arthur Godfrey, quien incluyó a Barbara en su espacio sobre nuevos talentos. Paralelamente a sus primeros aplausos en Broadway dentro de montajes como The Body Beautiful y No Strings, Barbara comenzaba a grabar sus primeros discos en sellos como Coral, Signatura y -sobre todo- Motown Record Company. La compañía de Detroit que llegaría a ser la propiedad de afroamericanos más importante de Estados Unidos, a la sazón estaba poniendo en marcha esa explosión del soul que vivirá el mundo entero. Tal vez fuera You Could Never Love Him el mayor éxito de Barbara aquellos días. No obstante, la actriz nunca fue una cantante de la Motown propiamente dicha.
Tras debutar en la pantalla en If He Hollers, Let Him Go! (Charles Martin, 1968), llamó por primera vez la atención con su creación de la hermana Irene Hawkins de Change of Habits (William A. Graham, 1969), donde compartió cartel con Elvis Presley. Prácticamente retirada de la gran pantalla desde su creación de Valerie Tibbs, en la televisión -donde gozaba de su propio show desde 1969- fue tan buena cantante como entrevistadora. El lector recordará sus intervenciones en series tan aplaudidas en la antena española como El señor McMillan y su esposa (1972) y Misión imposible (1973), donde Barbara McNair ya era mucho más que una negra guapa.
Barbara McNair, actriz y cantante, nació el 3 de abril de 1934 en Racine (Wisconsin, EEUU) y murió el 4 de febrero en Los Angeles.
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