María Luisa / Encabo, Barrera y García.
Seis toros de María Luisa Domínguez, bien presentados y de juego desigual, destacando el quinto.
Luis Miguel Encabo: silencio (estocada) y una oreja (estocada). Antonio Barrera, que sustituía a Serafín Marín, herido: silencio tras aviso (pinchazo y media estocada) y vuelta al ruedo (estocada). Iván García: dos orejas (estocada) y oreja (estocada). Salió a hombros.
Plaza de toros de Valdemorillo, más de tres cuartos de entrada.
VALDEMORILLO (MADRID).- Luis Miguel Encabo es un torero de los pies a la cabeza. Hace pocas fechas, el madrileño aguantó con hombría la lidia completa de un toro con una cornada en el muslo en la Feria de Ajalvir.
Encabo entrenó duro para llegar pleno de facultades a su cita con la Feria de Valdemorillo y ayer no se le escapó el detalle de brindar su primer oponente al equipo médico de la plaza, el mismo que le atendió recientemente. La pena es que no pudiera ofrecerles una buena faena pues el toro, noble y de buena condición, apenas se podía mantener en pie. Encabo lo intentó y lo liquidó de una buena estocada.
Por fortuna, pudimos disfrutar del toreo de Encabo en el cuarto, al que arrancó naturales a cámara lenta de gran profundidad, que le valieron para pasear una oreja de muchísimo peso y valor.
Serafín Marín, herido la misma tarde que Encabo en Ajalvir, no pudo recuperarse a tiempo de su grave cornada en el pecho y su puesto fue ocupado por Antonio Barrera, que se encontró con un segundo de la tarde muy deslucido. El astado embistió con la cara alta y cabeceó durante toda la faena y Barrera intentó sin éxito el lucimiento pues, para colmo, el de Guardiola se rajó a las primeras de cambio. El aviso cuando el toro estaba echado fue inoportuno.
El quinto tuvo mejor condición que sus hermanos y Barrera, picado por el triunfo de sus compañeros, consiguió momentos de buen toreo que echó a perder con el mal uso de los aceros.
El triunfador de la tarde fue Iván García, que formó un auténtico alboroto en el tercio de banderillas del tercero de la tarde, al que había recibido a portagayola. El de Móstoles clavó con gran mérito y corriendo hacia atrás logró parar la carrera del toro con la mano en la testuz. Inició la faena con un pase cambiado en los medios que el toro aceptó.
Sin embargo, el astado no era de cortas distancias y cuando sentía la cercanía del torero se defendía con brusquedad. Así lo vio Iván García que le dio los espacios precisos y consiguió tandas de gran mérito por ambas manos. La irregular colocación de la espada no impidió la concesión del doble trofeo.
La faena al sexto siguió por los mismos patrones de la entrega y la sobrada técnica, que le valieron para conseguir un nuevo trofeo y abrir sin discusión la Puerta Grande del coso de Valdemorillo.