El incremento de actividad de narcotráfico en las aguas de la Costa Brava se empezó a detectar hace un año. Fardos recogidos por pesqueros, lanchas de intervención rápida abandonadas al haberse estropeado o el hallazgo de garrafas de gasoil vacías son sólo algunos de los indicios que pusieron a la Guardia Civil sobre la pista de la llegada a estas costas de los narcos.

El aumento de esta actividad delictiva ha llevado al Ministerio de Interior a considerar necesario dotar al litoral gerundense de los mismos sistemas de vigilancia que otras zonas situadas más al sur de la península, que lo utilizan para controlar tanto la entrada de droga como para detectar llegadas de inmigrantes ilegales en cayucos.

El Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE), un potente radar equipado con cámara de vídeo, infrarrojos para visión nocturna y un sistema de comunicación que manda los registros en tiempo real a una central que puede estar ubicada tanto en el mar como en tierra, está en la costa gerundense desde hace unos meses y ya ha dado sus primeros frutos: En la última semana se han llevado a cabo dos de las operaciones más exitosas en la lucha contra el narcotráfico. La primera fue el 6 de febrero, cuando la Guardia Civil detectó movimientos sospechosos en la playa Mas Pinell de Torroella de Montgrí y montó un dispositivo que permitió detener a tres presuntos traficantes marroquíes, que ya han sido encarcelados. En la operación se incautaron cuatro toneladas de hachís que éstos y otros individuos, posiblemente una quincena más que lograron escapar, acababan de descargar.

Dos días después, otro operativo contra el narcotráfico organizado al detectar extrañas actividades en el puerto de Colera, permitió dar con el alijo de hachís más importante de este año. Mas de 6'5 toneladas de esta droga fueron decomisadas junto al velero que la transportaba, un camión que luego la iba a trasladar por tierra, y el vehículo en el que intentó huir uno de los narcos.En total fueron deteniudos 10 sospechosos, ocho de ellos marroquíes, uno de nacionalidad alemana y otro español.

El subdelegado del Gobierno Central en Girona, Francesc Francisco-Busquets apuntó que la situación estratégica de la Costa Brava la convierte en una puerta de entrada para la droga por lo que los recursos utilizados por la Guardia Civil son clave para combatir este fenómeno. «Nuestros recursos son cada vez más sofisticados y es muy difícil que pasen cosas desapercibidas», indicó el subdelegado.Los agentes investigan si el material decomisado esta semana podría proceder de un mismo suministrador, aunque Francisco-Busquets apuntó que todavía es muy pronto para hablar de una «posible relación los casos detectados en los últimos días».

«Posiblemente estas mafias tengan algún tipo de conexión entre ellas, pero no necesariamente de una manera muy directa». La investigación sigue activa con la mediación de la Interpol, y se cruzan datos para buscar posibles vinculaciones, aunque según el subdelegado, «todavía es prematuro decirlo».

Por otra parte, las fuerzas policiales han decomisado en lo que va año unos 20 kilogramos de cocaína, la mayor parte en la Jonquera.