Lunes, 12 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6266.
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NEUROLOGIA / El Instituto Max Planck pide que la técnica se someta a un debate ético / «No es para que un juzgado lo use de cualquier manera», afirma uno de los científicos
Un escáner cerebral permite 'leer' los pensamientos, según una investigación
IAN SAMPLE. The Guardian / EL MUNDO

LONDRES.- Un equipo de investigadores integrado por algunos de los neurocientíficos de mayor prestigio del mundo, ha logrado desarrollar una nueva y potente tecnología que les permite penetrar profundamente en el cerebro humano y leer las intenciones de las personas antes de que éstas entren en acción.

Las investigaciones han dado pie a la aparición de una nueva controversia sobre la eventual capacidad de los científicos de escudriñar en la mente de las personas y fisgar en sus pensamientos sin permiso. Ello plantea la necesidad de delimitar seriamente un marco ético estricto respecto a la forma en la que habrá de ser utilizada en el futuro esta nueva tecnología que permite leer el cerebro.

En el curso de sus estudios, el equipo empleó escáneres de alta definición para poder identificar los principales paradigmas cerebrales de actividad antes de proceder a transformarlos en pensamientos significativos que revelarán lo que una persona pretende llevar a cabo en un futuro cercano. Es la primera vez que unos científicos han tenido éxito al intentar leer de semejante manera las intenciones de una persona.

«Utilizando el escáner podríamos escudriñar por todo el cerebro en busca de esta clase de información y conseguir leer en él. Viene a ser algo así como encender una antorcha para poder leer lo que hay escrito sobre un muro», ha declarado John-Dylan Haynes, miembro del Instituto Max Planck de Ciencias Cognoscitivas Humanas y Ciencias Cerebrales de Alemania y director de este estudio de investigación, que llevó a cabo junto con colegas del University College de Londres y de la Universidad de Oxford.

Esta investigación se ha llevado a cabo basándose en estudios recientes en los que diversas imágenes del cerebro han sido utilizadas para identificar actividades cerebrales significativas relacionadas con la mentira, las conductas violentas y los prejuicios raciales.

En este trabajo se ponen de relieve los ámbitos por los que discurre la neurociencia, y se insta a los investigadores a debatir sobre el marco ético al que deberán adaptarse los futuros usos de esta nueva tecnología.

Si se lograra evolucionar más en este sistema de lectura del cerebro, podría servir en los interrogatorios policiales, e incluso ser utilizado como vigilante del orden como ocurre en Minority Report (como se describía en la película de Steven Spielberg), en la que los juicios se celebraban antes de que se quebrantara la ley y se utilizaba como prueba de la acusación un escáner cerebral.

«Estas técnicas están aún en su fase inicial, pero necesitamos un amplio debate ético, de tal manera que no nos veamos sorprendidos y sobrepasados por lo que se pueda llegar a hacer. Nos vamos a tener que enfrentar a esta clase de cosas durante los próximos años y debemos estar preparados», declaró el profesor Haynes.

En opinión de Haynes, la sociedad debe comenzar a afrontar dicha eventualidad: «Somos conscientes del peligro que entraña que algo así pudiera llegar a ser obligatorio algún día, pero también debemos tener muy presente que, si prohibiéramos su utilización, estaríamos denegando a la gente que no tiene intención de cometer crimen alguno la posibilidad de demostrar su inocencia.»

Durante los estudios, los investigadores pidieron a los voluntarios que decidieran si querían sumar o restar dos números que, posteriormente, se les mostrarían en una pantalla. Antes de que los números aparecieran, los voluntarios fueron sometidos a un escáner cerebral en el que se utilizó una técnica denominada imagen de resonancia magnética funcional. Después, los investigadores emplearon un programa diseñado para localizar las más sutiles diferencias que se pudieran dar en la actividad cerebral y con el que se pueden predecir sus intenciones con un 70% de precisión.

El estudio vino a revelar, asimismo, la existencia de señales claras de actividad en una parte del cerebro, de aspecto marmóreo, llamada córtex medio prefrontal, un área que experimenta cambios cuando una persona pretende sumar o restar números.

Dado que los cerebros de las personas difieren notablemente entre sí, los científicos necesitan aún de una buena idea que les lleve a poder discernir cómo es la actividad del cerebro de una persona cuando está pensando en algo que se pueda plasmar en un escáner. Sin embargo, estos mismos investigadores están ya diseñando diversas vías para poder deducir qué paradigmas van asociados a las distintas clases pensamientos.

Barbara Sahakian, profesora de neuropsicología de la Universidad de Cambridge, ha asegurado que los rápidos avances en el campo de la neurociencia han obligado a los científicos a crear su propia sociedad de neuroética a finales del año pasado, con el fin de tener en consideración las posibles vías que, en este sentido, pudieran tener sus estudios.

¿Control social?

«¿Pretendemos convertirnos en una sociedad al estilo de Minority Report y dedicarnos a la prevención de delitos que, quizá, nunca se cometerían?, se preguntaba la profesora Sahakian. Y añade: «La sociedad debería usar esta tecnología con un buen fin. Pero hay que debatir porque lo que no queremos que suceda es que se utilice de cualquier manera en un juzgado». Son muchos los neurólogos que se muestran cautos con estas técnicas, aunque se está cerca de decir, con cierto grado de certeza, si alguien está mintiendo o si un individuo pretende cometer un crimen», añade Sahakian.

Colin Blakemore, neurocientífico y director del Consejo de Investigaciones Médicas, ha declarado, «no debemos exagerar la potencialidad que ofrecen estas técnicas, pero se continuará desarrollando y tendremos cada vez más capacidad para sondear las intenciones, la mentes, las ideas, las esperanzas y las emociones de la gente».

«Algunas de estas cosas son deseables porque pueden ayudar a la hora de la diagnosis, la educación... , pero lo que necesitamos ahora es pensar en los aspectos éticos. Por otra parte, esto añadiría nuevos datos que figuran en los historiales clínicos y cómo se pueden utilizar», reiteró.

Estas técnicas podrían conducir a avances en relación con los ordenadores para el control de cerebros enfermos y con la compleja maquinaria que se emplea para mejorar la calidad de vida de las personas discapacitadas. Y también permitirían enviar correos electrónicos y operar en Internet por medio del pensamiento, además de escribir con procesadores de texto que puedan predecir las palabras o frases.

«Todo un mundo se abre con estas técnicas. Por ejemplo, a la hora de constestar un mail, bastaría con pensar 'quiero contestar a este correo' o 'estoy pensando en una palabra' y que el ordenador pudiera entender lo que usted pretende y lo haga pronto y bien», concluye Haynes.

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