FERNANDO MAS. Corresponsal
LONDRES.-
Pedro Almodóvar y Penélope Cruz lucieron en la alfombra roja, esperaron con cierta ansiedad el fallo del jurado y vieron esfumarse sus sueños de ser consagrados, gracias a Volver, en Londres, donde ayer se celebró la gala de la Academia de Cine Británica, los conocidos como premios Bafta. La única noticia agradable, al menos para ella, es que Almodóvar dijo ante las cámaras de televisión que seguirá trabajando con Cruz en «muchas películas».
El laberinto del Fauno, dirigida por Guillermo del Toro, le arrebató a Almodóvar el triunfo en la categoría de películas de habla no hispana. No se quedó ahí la cosecha de la película hispanomexicana que protagonizan Sergi López y Maribel Verdú. Los premios al mejor vestuario, peluquería y maquillaje también fueron para esta producción.
Curiosamente, la película de Almodóvar partía como la gran favorita en dicha categoría. El director manchego declinó recientemente acudir a la entrega de los Premios Goya por cansancio, pero sí que acudió a Londres. El jueves recibió el premio de la crítica, pero al final ni él ni su actual musa, Penélope Cruz, recogieron Bafta alguno.
El premio a la mejor actriz fue para Helen Mirren por su interpretación primorosa en The Queen. Como dijo su gran competidora de la noche, Judi Dench, en la alfombra roja, el premio estaba «cantado. Apuesto por Helen».
Quizá la mayor sorpresa se produjo cuando Babel, una de las agradables e imprescindibles revelaciones de la temporada, apenas si recibió un galardón menor: el de la música.
El premio Bafta a la mejor película fue para The Queen, que narra la semana que transcurrió entre la muerte de la princesa de Gales y su entierro y cómo la reina Isabel II vivió presionada las jornadas en que sintió que su pueblo le daba la espalda.
Otro de los premios que parecían claros era el de mejor actor. Forest Whitaker consigue una interpretación primorosa del dictador ugandés Idi Amín en El último rey de Escocia. Daniel Craig, el último y exitoso James Bond, se llevó las atenciones de la cámara, pero no consiguió desplazar a Whitaker del escenario y se quedó sin ser el primer 007 de la historia con un premio. Al menos, ha sido el primero en optar a él. De hecho, Casino Royale fue la gran perdedora de la noche. No obtuvo ni uno de los nueve premios a los que optaba.
Uno de esos premios que dejan mal sabor de boca fue el que se concedió al mejor director. Parecía claro que el debate del jurado estaría entre Stephen Frears, por The Queen, y Alejandro González Iñárritu, por Babel. Pero no. Fue el director de United 93, Paul Greengrass, quien se alzó con este cotizado galardón por su película sobre los atentados del 11-S.
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