Al mismo tiempo que el Barcelona tumbaba al Real Madrid en la Copa del Rey en Málaga, en el Camp Nou el equipo de fútbol, con un Ronaldinho estelar y un Deco brillante de nuevo, doblegaba al Racing por 2-0, aunque pudieron ser unos cuantos más.
Los chicos del baloncesto levantaban su trofeo, y en las gradas del estadio barcelonista se volvía a disfrutar con el fútbol. La fiesta azulgrana era completa, hasta que se produjo un suceso que estuvo a punto de pasar desapercibido para la inmensa mayoría y que más tarde alteró, y de qué manera, la velada: Eto'o se negó a entrar en el campo en sustitución de un compañero cuando corría el minuto 86. No quiso participar en la fiesta sólo unos pocos minutos. De hecho, se encontraba muy enfadado en el banquillo desde el 68, cuando Leo Messi, cuyo regreso tras una larga lesión se había anunciado toda la semana, entró por Saviola. Los aspavientos de Eto'o incendiaron la escena. Frank Rijkaard admitió con asombro y enfado este acto de indisciplina de su delantero, al que el holandés está reincorporando al equipo en pequeñas dosis tras la lesión de ligamentos que le ha tenido cinco meses de baja.
El Barcelona ve cómo sus perseguidores se atrancan o sufren para dar un paso. Sólo el Madrid, de forma sufrida, aguanta el tirón, aunque permanece a cinco puntos del líder.
El Valencia se queda a siete, después del nuevo golpe en la cara que le asestó el Getafe (3-0), a un paso de la UEFA. El Atlético de Madrid, con un gesto de Agüero, tumbó al Athletic en el Calderón (1-0).
El Levante de Abel sumó otra victoria (2-1) sobre el Recreativo y huye del descenso, al que cae el Celta tras su derrota en Vigo ante el Espanyol (0-2). Fernando Vázquez cuenta las horas para conocer si es destituido. / Págs. 2-8
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