«Estimado señor: Tras la aprobación por parte del Parlamento Europeo de la resolución apoyando el mal llamado proceso de paz en España, el pasado 25 de octubre, creo que es más necesario que nunca que las instituciones que nos representan como ciudadanos muestren su apoyo incondicional y sin fisuras a las víctimas del terrorismo, a todas ellas, y en especial a las que ETA-Batasuna ha causado durante los últimos 40 años».

Así empiezan todos los correos electrónicos recibidos por el Grupo Popular Europeo -lo único que cambia es el nombre del firmante de la carta- y que parten de una iniciativa promovida desde internet por las plataformas cívicas Hazteoír.org y Rosas blancas por la dignidad.

Los promotores de esta «avalancha» de correos pretenden que el PP haga suyo un documento, para su debate en la Cámara de Bruselas, con el fin de que ésta muestre oficialmente su «apoyo incondicional» a las víctimas del terrorismo y su compromiso de «velar por el estricto cumplimiento de la legalidad nacional e internacional con respecto a los grupos terroristas, en especial con ETA/Batasuna».

Evitar la crispación

Hazteoír.org y Rosas blancas por la dignidad no han dirigido únicamente su petición al PP. También buscan la adhesión del Gobierno de Ecuador, país de origen de Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate, las dos primeras víctimas mortales de ETA en Barajas.

Su pretensión es que este debate, de realizarse, pudiera coincidir o aproximarse en el tiempo a las concentraciones que la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) ha convocado para el próximo 11 de marzo por toda Europa, en el aniversario de la masacre de los trenes en Madrid y en el marco del Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo.

La iniciativa ha calado en las filas del PP europeo, si bien éste no parece dispuesto a promover el debate. Según precisó a EL MUNDO el europarlamentario vasco Carlos Iturgaiz, su formación no es partidaria de volver a trasladar a Bruselas un debate que pueda incrementar la «crispación y la confrontación» con el PSOE, además de que sería complicado buscarle un «hueco» en el calendario de sesiones ya fijado.