«Presentan un estado saludable, en términos generales». Así resumía ayer la portavoz de Cruz Roja Española, Olivia Acosta, su visita realizada al Marine I junto a un equipo médico compuesto por profesionales de esta ONG, Médicos del Mundo y la Media Luna Roja.
Después de una semana frente a las costas mauritanas, el primero en acceder al barco ha sido un grupo de guardias civiles españoles, cuatro médicos y una enfermera. Hasta entonces, el contacto había sido exclusivamente por radio, a distancia, y los víveres llegaban al barco por medio de cabos.
Los 372 inmigrantes recibieron a los médicos con aplausos y mucha cordialidad. «Hemos estado en el Marine I durante una hora aproximadamente, y nos hemos dedicado a examinar a las personas que estaban más delicadas», añadía ayer a EL MUNDO la portavoz de Cruz Roja. «Cerca de 20 inmigrantes son los más graves y presentan quemaduras en la piel, fiebre, diarreas, constipados y bronquitis».
La patrullera española de la Guardia Civil Río Duero fue la encargada de trasladar a los médicos hasta el viejo arrastrero averiado. Tras dos meses y medio de travesía, las condiciones higiénicas «son regulares», según describió Olivia Acosta. Un grupo de inmigrantes estaba pescando cuando los médicos subieron a bordo. «Nos han dicho que con el pescado capturado han aguantado mejor este tiempo a bordo».
Una visita que ha servido, además, para aprovisionar a los inmigrantes de comida y de agua, ya que no se espera su llegada a puerto hasta mañana.
Las autoridades mauritanas han retrasado la operación de desembarco hasta asegurarse de que los inmigrantes no presentaban otras enfermedades que supusieran incrementar las medidas de seguridad.
Mientras tanto, España asume las repatriaciones de estos inmigrantes. Para ello, ha movilizado a policías nacionales de Las Palmas, Tenerife, Sevilla y Madrid, según confirmaron fuentes policiales, que tienen previsto estar en Mauritania un máximo de cuatro días.
Los agentes salieron de Madrid en un vuelo -a las dos de la madruga de hoy- con destino a Nuadibú. Además, nuestro país empleará un total de cuatro aviones, dos de ellos militares, entre los que hay un Hércules.
España ha trasladado una delegación hasta el puerto mauritano con representantes de Guinea Conakry, Pakistán e India, con el objeto de proceder lo más rápido posible a la identificación de los sin papeles. Las mismas fuentes han indicado que aquellas personas que no sean identificadas o cuya repatriación sea más difícil efectuar de inmediato serán trasladadas a España, probablemente a Canarias.
Recordemos que, según el relato de los inmigrantes, proceden de seis países distintos. La mayoría, 305, alegan haber nacido en Cachemira e India. Hay 22 personas procedentes de Myanmar (Birmania), 23 de Costa de Marfil, 10 de Sri Lanka, otros 10 de Sierra Leona y dos de Liberia.
Precisamente, desde el Gobierno canario se advirtió días atrás que una medida de estas características podría tener efectos muy negativos para las islas. La vicepresidenta del Ejecutivo regional, María del Mar Julios, expresó su oposición a que el Estado trasladara a los inmigrantes a Canarias. Según Julios, esa posibilidad supondría «sentar un precedente ante todas las mafias» que utilizan la ruta de Africa al archipiélago con la intención de entrar en Europa. Para Julios, es volver a señalar a Canarias como posible puerta de entrada para las mafias que trafican con seres humanos.
Cruz Roja sigue a la espera de que Mauritania decida la hora en que está previsto el desembarco. Una vez dada la orden, serán desplegados dos hospitales de campaña a pie de puerto.
Un total de 39 voluntarios de Cruz Roja española y de la Media Luna Roja atenderá a los inmigrantes. Entre ellos hay médicos, técnicos sanitarios, enfermeros, socorristas y personal logístico. Desde Canarias, la ONG ha enviado un avión con material necesario para la instalación del operativo de emergencia.