Ahora, 730 días después, es el Windsor el que depende de El Corte Inglés. El futuro de este espacio está en manos de la empresa española que lo compró a sus propietarios, la familia Reyzábal, a finales del año pasado.

La compra del Windsor era un objetivo prioritario para una tienda encajonada entre gigantes. Rodeada de rascacielos y compartiendo aparcamientos y entradas con los más grandes de la ciudad.

Hoy, los pies del edificio, lo único que queda sin derribar tras el incendio, pueden ser el apoyo para crear en pleno paseo de la Castellana la mejor tienda de Europa. El Corte Inglés asegura que, aunque no tiene todavía los planos de los arquitectos sobre la mesa, el nuevoWindsor permitirá una reorganización de los espacios de venta y una mejora de los servicios: «Desde el punto de vista comercial será un edificio relevante, con innovaciones arquitectónicas y con un diseño interior pensado para dar servicio al cliente, y que éste pueda encontrar un entorno agradable y cómodo en todos los sentidos», aclaran fuentes de la compañía española.

De hecho, los nuevos propietarios ya han puesto a trabajar a sus arquitectos para dibujar lo que será el nuevo edificio, conectado con la tienda actual que tiene la empresa en La Castellana.

Aunque todavía no se ha presentado el proyecto del inmueble ni el estudio de detalle en la Concejalía de Urbanismo, la empresa ya tiene, más o menos claro, qué es lo que quiere levantar en esta esquina de oro de la ciudad: «La idea es construir un edificio moderno acorde con las nuevas tendencias arquitectónicas tanto en diseño como en instalaciones y organización de espacios, todo ello pensando siempre en el cliente y su comodidad», añaden.

El dibujo no ha sido encargado a ningún arquitecto especialmente reconocido porque lo que quiere El Corte Inglés es seguir con su línea de tiendas características.

No tan alto

Por eso, y en principio, el esfuerzo de los arquitectos de la empresa se centra más en distribuir el espacio con el que cuentan y en crear un centro comercial moderno y fácil para el cliente que en levantar una torre de altura: «Se va a seguir la línea arquitectónica que El Corte Inglés ya mantiene desde hace algún tiempo con edificios luminosos, innovadores y que incorporan las últimas técnicas y sistemas en materia medioambiental».

Aunque no por esto la compañía va a renunciar a todos los metros de edificabilidad en plantas que tenía el Windsor en el Plan General de Urbanismo, por lo que no descartan que sea una tienda más elevada de lo habitual, donde se incluya, también, otros servicios generales: «Una parte importante del inmueble estará destinada al uso comercial, lo que permitirá ampliar la oferta actual y crear un espacio más armónico y homogéneo que el ya existente con el fin de incrementar aún más la calidad del entorno y el servicio al cliente. Lógicamente, también habrá otra parte del edificio que estará destinada a oficinas, como ya ocurría en el antiguo Windsor, pero aún no está definido qué porcentaje será ni a partir de qué altura».

Los responsables de la empresa tampoco se han puesto a pensar todavía si quieren mantener el nombre del edificio (Windsor) o si van a optar por otras opciones como Nuevo Windsor. «Aún no tenemos el proyecto, sólo las líneas generales», aclaran desde la compañía.

En la reconstrucción de una de las zonas comerciales más importantes de la capital, el centro comercial va de la mano del Ayuntamiento de Madrid, que ya abogó por la creación de más tiendas en la zona frente a la presencia de oficinas.

Por eso, reconocen que están en constantes conversaciones con el Consistorio: «Hay que tener en cuenta que en un proceso de estas características hay que cumplir unos trámites administrativos y acordes con la legislación vigente. En este sentido, ya se han iniciado los trámites correspondientes ante la Gerencia Municipal de Urbanismo».

Pero El Corte Inglés no sólo cuenta con la planta del Windsor para afianzar sus propiedades en esta importante esquina. En la compra de Ason Inmobiliaria (los propietarios del rascacielos incendiado) se incluía también las posesiones que tenía ésta en Torre Picasso, un 20% de las oficinas.

Los responsables de la empresa española aseguran que todavía no tienen pensado qué van a hacer en estos metros cuadrados, aunque no han desechado ninguna posibilidad. «De momento, nos estamos concentrando en el diseño del nuevo edificio, aunque aún estamos en una fase preliminar», insisten las mismas fuentes.

123.21 h del 12 de febrero de 2005. Los vigilantes del Windsor llaman a los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid porque uno de los despachos, situado en la planta 21, tenía llamas en su interior.

223.25 h del 12 de febrero de 2005. Los bomberos llegan al edificio y se dan cuenta de que las llamas salen ya por la ventana de la planta 21. Comienza una lucha contra el fuego que terminó 18 horas después de trabajos intensos para evitar el derrumbe.

POSIBLES CAUSAS

313 de febrero de 2005. Sólo un día después del gran incendio, comienzan a indagar en las posibles causas que han originado las llamas. Se habla de las obras que estaban realizándose en el edificio para, precisamente, adaptarse a la normativa antiincendios o de que fuera intencionado, motivado por una cuestión económica.

425 de febrero de 2005. Una empleada de Deloitte estuvo trabajando hasta las 23.05 en la planta donde se originó el incendio. Reconoció que había fumado allí.

LA POLÉMICA

517 de febrero de 2005. Una cadena de televisión emite la cinta de un videoaficionado en la que se ven las sombras de figuras humanas en una planta del Windsor mientras los bomberos están apagando el fuego. Comienzan entonces las teorías de si se trata de un efecto óptico o de especialistas sacando documentos importantes.

622 de febrero de 2005. La Policía Municipal halla un butrón, de más de un metro, en la segunda planta del sótano del Windsor, que daba a un local comercial.