El anuncio lo hacía ayer la doctora Susana Monereo, jefa de Endocrinología y Nutrición del Hospital de Getafe y directora del equipo médico que se ha encargado de reconocer a las chicas, pasarlas por la báscula y medirlas. Después de la una de la tarde, y tras haber dedicado a esta tarea la tarde del sábado y toda la mañana del domingo, la médico hacía público el balance: «Se ha pesado a 69 modelos, y se ha eliminado a cinco por un peso excesivamente bajo».

Las admitidas tienen un índice de masa corporal -valor que resulta de dividir el peso entre la altura al cuadrado- de 18,5, 19... «Ésa es la media», calculaba Monereo, aunque también hubo «varias de 20».

Las rechazadas estaban todas por debajo del valor mínimo, el de 18, que la Organización Mundial de la Salud considera aceptable y que la organización de Pasarela exige desde su última edición, en el mes de septiembre. Alguna de las modelos, incluso, no alcanzaba el 16, cifra que la doctora consideraba «francamente baja» para una persona «de alrededor de 1,80 y por debajo de 50 kilos. Es una delgadez extrema».

Advertía, sin embargo, de que eso no quiere decir que esa chica, ni niguna de sus compañeras que no han alcanzado esa ansiada cifra, padezca algún trastorno en su alimentación.

«Con un índice de masa corporal por debajo de 18 hay más probabilidades de enfermedades asociadas», aclaraba la facultativa. «Se sabe que la posibilidad de que existan enfermedades cuando éste es muy bajo es mayor; no quiere decir nada más».

En este sentido, aseguraba que las cinco chicas que se han quedado fuera están sanas: «Yo no he visto a ninguna enferma», aseguraba la doctora, consciente de que hay personas muy delgadas por constitución. Pero de todas formas no van a trabajar porque, aunque no constituyan un peligro para sí mismas, pueden serlo para terceros.

«Lo que Cibeles quiere transmitir es salud y belleza», apostillaba Leonor Pérez Pita, directora del certamen. «No estamos hablando de las modelos, sino de la imagen que dan». Y en el caso de estas chicas -aunque también se ha controlado a los hombres, todos han pasado las pruebas-, la doctora dictaminaba que «su aspecto es muy delgado», demasiado para subir a la pasarela madrileña, porque «su imagen puede afectar negativamente a la salud de otros».

Monereo recordaba que «la idea de controlar a modelos para que su aspecto sea saludable es que no influyan negativamente en la juventud, para que ésta no se fije en un modelo excesivamente delgado y que eso pueda acabar produciendo enfermedades».

Las modelos se hicieron cargo y se dejaron hacer con naturalidad. «A mí me parece bien, porque estoy totalmente sana», aseguraba Anna. Otra Anna secundaba la opinión, pero con un matiz: «Quizá hacer un control médico es demasiado radical». Rakel Brel añadía que «si se muestra como moda a una chica escuálida eso afecta, sobre todo porque es una estética irreal».

Esther García, que coordina el casting que Ghezzi Equipo hace para la pasarela, aseguraba que las chicas han asumido el trámite con naturalidad: «Esta vez sabían a lo que venían; todas estaban de acuerdo en pesarse», contaba. «Hablábamos con las agencias y les decíamos: 'Éstas son las condiciones para participar en Cibeles'». Y las que no quisieron aceptarlas «pues no vienen y no pasa nada».

La lista final, resultante de las que sí han querido, le gusta: de las nacionales están Bimba Bosé, Clara y Elisabet Mas, Bárbara García, Marta Español, Denise...

De las de fuera, se contará, entre otras, con la presencia de la top belga Elise Crombez, que viene contratada por la Asociación de Creadores de Moda de España. Su presidente, Modesto Lomba, desvelaba que la traen «para demostrar el compromiso que nosotros, como asociación, adquirimos con esto». Y ella sabía al aceptar el contrato que habría de ser pesada y medida como todas las demás.

Los creadores, por su parte, parecían más relajados que en septiembre. Lomba contaba que estaban viviendo los exámenes médicos de las maniquíes «con absoluta normalidad; son unas pruebas que hay que pasar y que hacen los expertos y a las que nosotros no estamos vinculados».

También están satisfechos con los resultados: «Volvemos a tener un casting internacional importante», tras «el susto de la temporada pasada; muchas modelos no quisieron estar por desconocimiento». Y por otra parte, valoraba que el revuelo del índice 18 «nos ha beneficiado mucho al tener una repercusión internacional».

Pérez Pita expresaba una opinión parecida: «Esperamos que las grandes pasarelas sigan dando pasos en el mismo sentido en que los ha dado Cibeles».

El 7 de septiembre de 2006 se anunciaba la medida. La viceconsejera de Economía de la Comunidad, Concha Guerra, y el diseñador Jesús del Pozo por parte de la Asociación de Creadores de Moda de España declararon que las modelos que desfilasen en Cibeles tendrían que tener un índice de masa corporal mínimo de 18. Era la primera vez que una pasarela acotaba los cánones estéticos de sus maniquíes para prevenir trastornos alimentarios. En aquella ocasión, tras las pruebas, se excluyó del 'casting' general del certamen a cinco modelos. Todas ellas españolas.

La directora de Pasarela Cibeles, Leonor Pérez Pita, recordaba ayer que, si bien la iniciativa «pudo ser criticada internacionalmente en septiembre y octubre, está siendo aceptada ahora», pues en los certámenes de Nueva York, Milán, París y Londres se ha prestado atención a esta medida.