Lunes, 12 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6266.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Ciencia
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Toros
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
La amenaza es el arma del amenazado (Leonardo da Vinci)
 OPINION
LA TRASTIENDA
La 'buena fe' de Zapatero
ISABEL SAN SEBASTIAN

Hace mucho que dejé de creer en la presunta buena fe del presidente al emprender su proceso de negociación con ETA y el tiempo me da la razón. A medida que pasan los meses se perfila más claramente la jugada de Zapatero, que nada tiene que ver con la «paz», ni con la libertad, ni con los intereses de España.

Si realmente la finalidad del inquilino de La Moncloa hubiese sido terminar con 40 años de terrorismo sin concesiones políticas, el atentado de Barajas habría finiquitado el intento. ¿Cabe argumento más elocuente que 800 kilos de explosivos y dos muertos bajo los escombros? Si su propósito fuese la victoria del Estado de Derecho, habría ordenado al fiscal general volcar todo el peso de la Ley sobre el «comando parlamentario» de la organización criminal, que sigue actuando impunemente en Vitoria, sobre sus grupos de apoyo procesados en la causa 18/98, donde el subordinado de Cándido Conde ha rebajado a la mitad su petición de condena, o sobre un asesino chantajista como De Juana Chaos, a quien se rodea de comodidades en el hospital, con privilegios como retozar con su novia y dejarse retratar mientras concede entrevistas. Si su enemigo fuese la banda terrorista, intentaría reforzar el pacto suscrito entre PP y PSOE para derrotarla, en lugar de dinamitar ese acuerdo y aislar políticamente a su rival en las urnas.

No, José Luis Rodríguez Zapatero nunca ha actuado de buena fe ni con la pretensión de librarnos de esta lacra. Lo que anhela es consolidarse en el poder a través de una componenda con los del hacha y la serpiente y presentar ese cambalache como baza electoral infalible. Y si para ello hay que otorgar impunidad a los pistoleros, prometer acatar «la decisión de los vascos» o reformar la Constitución por la puerta trasera, sin respetar los procedimientos que ella misma establece... pelillos a la mar. ¿A quién le importa? Ya nos dijo este campeón del talante que su lema en política se resume en «como sea».

Ahora resulta que quien no se quita de la boca la palabra «diálogo» pone al frente del Ministerio de Justicia a un hombre con fama de comisario político, cuya misión es «meter en vereda» a los jueces y aniquilar la última barrera que se resiste a claudicar ante ETA. Acabar con el Tribunal Constitucional, si es preciso, con tal de sacar adelante el Estatuto de Cataluña. Pagar el precio exigido y al mismo tiempo tensar la cuerda, a ver si el PP se radicaliza y se le puede pintar con cara de dóberman en la campaña que se avecina. En eso consiste la buena fe presidencial; en seguir en su poltrona «como sea» el máximo tiempo posible.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad