La preocupante posición de los catedráticos
Sr. Director:
Leo con asombro que 45 catedráticos de derecho constitucional protestan contra la recusación de Pérez Tremps por haber emitido dictamen remunerado en 2003 sobre la (entonces proyectada) reforma del Estatuto catalán. Habría que tomar nota de la lista de firmantes porque demuestran una falta de aptitud para el cargo de magistrado del Tribunal Constitucional. Tanto la Ley del Poder Judicial como la jurisprudencia del Tribunal de Estrasburgo, mucho más exigente con la imparcialidad de los jueces, exigen que el juez no haya dictaminado antes sobre lo que tiene que juzgar para que las partes tenga un proceso justo. Hacer un manifiesto contra esto es como hacer oposición al derecho al proceso imparcial. Un catedrático de constitucional que se manifiesta contra derechos constitucionales básicos, consolidados por la jurisprudencia internacional, no debe permitírsele acceder al Constitucional.
José Luis Mazón Costa. Correo electrónico.
Menos ruido, más respeto al derecho ajeno
Sr. Director:
Pocas cosas han hecho más ruido estos días que la prohibición por un juez canario, a petición de vecinos afectados por el ruido, de los bailes callejeros de madrugada en el próximo Carnaval. El hecho es que apenas se empieza a aplicar a trompicones la Ley del ruido, contaminación tan nociva en parte como del tabaco, y aún más difícil de evitar a los vecinos y víctimas de millones de incivilizados ciudadanos, que hacen de España, con el Japón, el más insano del mundo a ese respecto. Gran responsabilidad corresponde al silencio de las autoridades que, aparte de leyes mal copiadas del exterior, no inculcan estas elementales nociones de higiene social en las escuelas, ni hacen campañas en los medios para concienciar a los ciudadanos. Peor aún, dan mal ejemplo y protegen como cultura prácticas como los fuegos artificiales, cuyo ruido y contaminación también atmosférica y lumínica han llevado hace tiempo, incluso en países del Sur, a realizar campañas oficiales para limitar su uso a modalidades y horarios más civilizados. Aquí, en cambio, todavía parece que nos quieren quitar la alegría de vivir si no nos permiten fastidiar al prójimo -incluso a los mayores, enfermos, o niños-, persiguiéndolos hasta en el interior de sus hogares con tan forzados como torturadores ruidos. Esperemos que algún día se llegue a considerar natural entre nosotros, -y no provoque un ruidoso escándalo, ni haya que apelar a leyes y jueces-, el respeto al derecho ajeno, que es, como decía Juárez, la paz.
Diego Mas. Madrid.
Solidaridad con la Guardia Civil
Sr. Director:
Quiero manifestar en mi condición de ex guardia civil separado del servicio en el año 1995 mi apoyo y solidaridad con los guardias civiles que han tenido el valor de manifestarse recientemente en la Plaza Mayor de Madrid. Tan sólo los que hemos padecido ese régimen disciplinario sabemos lo que se tiene que soportar: faltas a la dignidad y al respeto son situaciones habituales en la vida de estas personas. Nunca a lo largo de la Historia se consiguieron conquistas sociales y laborales sin lucha y este caso no va a ser una excepción. Que a nadie le quepa la menor duda de que van a rodar cabezas. Pero ahora parece que algo puede cambiar en el seno de este estamento decimonónico en pleno siglo XXI. Deseo que también en este asunto la fuerza de la razón se imponga a la razón de la fuerza.
Ricardo Deus Viña. Carballo (La Coruña).
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