A primera hora de la mañana de ayer, los Bomberos abandonaron los trabajos de desescombro, que se prolongaron durante toda la noche del lunes, tras comprobar que el desprendimiento no había atrapado a ningún vehículo con ocupantes y sólo había provocado daños materiales. A partir de entonces, una brigada de operarios con maquinaria pesada y camiones procedieron a los trabajos de retirada de los escombros de los cien metros del falso túnel hundido el domingo por la tarde. A lo largo de la semana es posible que se decida sanear el techo del túnel que no se encuentra en buen estado de conservación.

La climatología adversa, con lluvia y nieve, obligó a trabajar con precaución por los constantes desprendimientos de tierra y rocas de las laderas laterales de la montaña.

Los técnicos del Ministerio de Fomento no consideran que las obras del nuevo túnel, que transcurre paralelo al siniestrado, hayan influido en el desplome del domingo, aunque ésta sea una zona cercana y de paso a las obras.

El último desprendimiento de placas de hormigón del techo se produjo hace cuatro años en la boca sur y afortunadamente tampoco provocó víctimas mortales. Entonces, los técnicos concluyeron que la humedad y las filtraciones fueron los detonantes de la caída de las vetustas placas de hormigón. Los vecinos y visitantes de la Vall de Aran opinan que las obras del nuevo túnel, actualmente en construcción, podrían haber afectado negativamente a la anticuada infraestructura, especialmente las vibraciones.

Durante la mañana de ayer, el conseller de Interior, Joan Saura, visitó la zona del siniestro y dijo que «si no aparece ningún imprevisto, el 85% de la circulación rodada del túnel de Vielha se podrá reabrir antes de este fin de semana».

Saura quiso tranquilizar a la población y aseguró que «el suministro de combustible y otros productos a los habitantes del valle está totalmente garantizado y que ya se han tomado medidas para dar respuesta a los problemas de tránsito que ha ocasionado este accidente».

Los turismos y los vehículos pesados no articulados pueden acceder al valle por la carretera C-28 a través del Puerto de la Bonaigua, mientras que los de gran tonelaje han de acceder por Francia a través de los puestos fronterizos aragoneses, catalanes o andorranos.La nieve caída ayer en la Vall d'Aran puso en alerta a las máquinas quitanieves para actuar con celeridad en el puerto de la Bonaigua y en las carreteras aranesas.

Saura se reunió con el secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlan, el delegado del Gobierno, Joan Rangel, y el Síndic de la Vall d'Aran, Carles Barrera. Tras el encuentro, el conseller no quiso aventurar hipótesis sobre las causas del derrumbamiento, y explicó que las empresas constructoras han empezado las tareas de limpieza y desescombro al mismo tiempo que los responsables del Ministerio de Fomento están investigando las causas que han originado el desplome de la parte más nueva del vetusto túnel construida en la década de los 70 y que constituye una prolongación de la parte que pasa por debajo de la montaña.

Respecto a la posibilidad de derribar parte del falso techo del túnel que todavía se mantiene, Saura señaló que estas obras se podían hacer de forma independiente y paralela a la reapertura parcial del túnel.

El Síndic de la Vall d'Aran criticó el retraso en la inauguración del túnel en construcción cuya apertura estaba prevista para el pasado año y que a causa de unas modificaciones en el proyecto inicial no entrará en funcionamiento hasta finales de este año.La máxima autoridad aranesa señaló que el desplome, que sólo afectó al vehículo de un operario estacionado en la zona, no habría pasado de una simple anécdota si el nuevo túnel ya estuviera en funcionamiento.