BARCELONA.-
Sus novelas narran la «inmovilidad» en que vive Italia.Y, ayer, el escritor siciliano Vicenzo Consolo, a quien muchos consideran heredero de Leonardo Sciacia, abundó en esa teoría en el ciclo Diálogos en La Pedrera, donde desentrañó las entrañas de su novela La sonrisa del ignoto marinero. «Italia siempre está bajo el riesgo de nuevos fascismos y con una mafia que mantiene intacto su poder», aseguró Vicenzo Consolo.
Acompañado por el presidente de la fundación Caixa Catalunya, Alex Susanna; por el editor de Proa, Isidor Cònsul, y el profesor Nicolò Messina, Consolo, en un encuentro con la prensa previo a la conferencia, reividicó que «el escritor tiene el deber de ser testimonio de su tiempo». Nacido en la población siciliana de Sant'Agata di Militello en 1933, Consolo vive en Milán desde 1968, donde ha escrito diferentes obras como Nottetempo, casa per casa, El pasmo de Palermo y Lunaria, todas ellas centradas en su región de origen. El siciliano admitió que sus novelas describen la «inmovilidad» de su país, donde ahora, actúa «la mafia blanca, de la banca o las grandes empresas, más civilizada que la de Corleone, pero con el poder intacto», informa la agencia Efe.
Respecto de la traducción al catalán de El somrís del mariner inconegut, en la que trabajó Alexis Eudald Solà hasta el momento de su muerte en 2001, Consolo apuntó que la versión catalana «da a conocer el lado más claro del libro». Según Susanna ses una de las grandes traducciones en lengua catalana de los últimos años, comparable a la que llevó a cabo Carles Riba con la Odisea de Homero o Josep Carner con las novelas de Charles Dickens.
El somrís del mariner inconegut, publicada por primera vez en 1976, sirve a Consolo para narrar los años del Risorgimento italiano, que culminaron con el desembarco de Garibaldi en Sicilia en 1860.Según el siciliano es ésta una «novela metafórica, que habla de 1860 para tratar en realidad sobre 1968».
Precisamente, el profesor Nicolò Messina, estudioso de la obra de Consolo, destacó que se trata de una «narración elíptica, de la que impresiona su arquitectura» y que podría «parecer la enésima reflexión de un autor meridional sobre la unificación del XIX en Italia». Sin embargo, concluyó que «se trata de un libro que habla asimismo del siglo XX, considerándose una especie de antiGatopardo». Según Consolo, el barón de Mandralisca, protagonista de su obra, a diferencia del Príncipe de Salina de El Gatopardo, «deja su torre de marfil, toma conciencia de la realidad y se compromete».
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