El presidente, Angel Torres, ha sabido administrar los recursos de un club modesto, con uno de los presupuestos más bajos de Primera, para crecer. Ha inscrito a su equipo en la Intertoto, por si acaso. La filosofía del club también ha cambiado. Se acabó el desembarco masivo de cedidos de otras campañas para dar paso a incorporaciones de calidad, con el único objetivo de configurar un proyecto sólido.

«Queremos gente joven, como el club, para seguir creciendo. Futbolistas con perspectivas de futuro, con ganas e ilusión», explica Santiago Llorente, director deportivo de la entidad azulona.

La clave de todo pasa por la presencia en el banquillo de un técnico como Bernd Schuster. El alemán ha sabido generar buen ambiente en una plantilla, en la que todos tienen cabida y minutos para lucirse sin que el bloque se resienta. La sintonía se refleja sobre el terreno de juego y fuera de él, gracias a las reuniones que se organizan la mayoría de los jueves en torno a una buena mesa.

Un seguro en la portería.

Para poner fin a dos años de inestabilidad bajo los tres palos, la entidad azulona fichó el pasado verano a un guardameta de acreditada solvencia. La llegada de Abbondanzieri no ha podido ser más rentable para el conjunto de Schuster. El argentino ha mostrado madurez y tablas. Ha salvado en innumerables ocasiones al equipo para convertirse en el Zamora de la Liga, con sólo 14 goles encajados en 22 partidos.

Defensa contundente.

En el centro de la zaga brilla por encima de todos una melena de reflejos dorados, objeto de deseo de clubes como el Valencia, Real Madrid, Barcelona o Milan. Alexis se convirtió en el fichaje más caro en la historia de la entidad getafense, superando los 800.000 euros pagados por Güiza la pasada temporada. El Málaga percibió tres millones de euros por el joven central y el Getafe ha amortizado con creces el importe de la operación, merced a la soberbia temporada que está realizando junto al capitán Belenguer. Cortés le está poniendo las cosas muy difíciles a Contra, mientras que el poderío físico de Paredes ha hecho olvidar la marcha de Pernía en la izquierda.

La clave, en el centro.

Schuster ha inculcado a sus jugadores que todo el juego del equipo pase por el centro del campo. Casquero y Celestini así lo entienden. Mientras el primero se encarga de construir y dirigir con mano firme el balón, el segundo se afianza en labores de recuperación. Mario Cotelo está viviendo una segunda juventud en un Getafe implicado ya en causas mayores que la salvación en Primera División. «Vamos muy rápido y no sé dónde está el límite», dice, mientras que Nacho, invasor por la banda izquierda, se muestra más cauto: «Ya queda menos para conseguir nuestro objetivo de la permanencia».

Delanteros con pegada.

Güiza, petición expresa de Schuster cuando se hizo cargo de la dirección del equipo, ha iniciado 2007 en un perpetuo idilio con el gol. El delantero jerezano comenzó la temporada de forma titubeante, pero ha sabido remontar el vuelo y demostrar que no ha perdido el olfato para sumar siete tantos en la Liga y tres en la Copa del Rey. Le secunda un veloz Manu del Moral, con cuatro goles, mientras que en el banquillo esperan su oportunidad Paunovic y Verpakovskis, último fichaje. Para ser un modesto, hay recambios de sobra.