España necesitará 200.000 trabajadores extranjeros durante el 2007 para cubrir las necesidades laborales del país. Estos son los pronósticos que el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, hizo ayer en el transcurso de su visita oficial a Ecuador, que concluyó tras firmar varios acuerdos en materia de seguridad social y cooperación.
El ministro aseguró que ya ha ofrecido los respectivos contratos para trabajadores inmigrantes y que Ecuador podría ser uno de los más beneficiados, ya que «hay tratos preferenciales con los estados con los que tenemos acuerdos de regulación de flujos migratorios, como es el caso de Ecuador».
En cuanto a los puestos más demandados, Caldera aseguró que hay carencias «en todas las ramas», pero, sobre todo, en agricultura, construcción, empleo doméstico, turismo y transporte.
Para contar con personal cualificado, España ofrecerá formación en origen a los extranjeros que la soliciten. Una vez capacitados, los inmigrantes viajarán a España para incorporarse a las empresas que hayan demandado mano de obra previamente. Será el Gobierno español el que financie esta formación, siempre que las compañías se comprometan a contratar a estas personas una vez que acaben su preparación. Caldera ya ha firmado una orden ministerial para poner en práctica esta iniciativa.
El ministro dejó claro que todo extranjero que llegue a España debe hacerlo con un contrato de trabajo bajo el brazo. Para facilitar los trámites, la Embajada española en Quito contará con una Consejería Laboral, que comenzará a funcionar a partir de marzo.
Además, el ministro añadió que la inmigración ilegal debe tener los días contados. «Cada vez son menos los trabajadores ilegales que llegan», gracias, en su opinión, al proceso de regularización que se ha llevado a cabo en los dos últimos años y que permitió la legalización de alrededor de 150.000 familias ecuatorianas.
Las cifras
Aun así, las cifras oficiales no concuerdan. Según el Ministerio de Trabajo, en España ya habría 400.000 ecuatorianos residiendo y trabajando de forma legal, mientras que el Ministerio de Relaciones Exteriores del país andino habla de más de 700.000.
Caldera también explicó que su gabinete trabajará para que los inmigrantes que acceden a España con documentación falsa dejen de hacerlo. Puso el ejemplo de los ciudadanos que obtienen un pasaporte boliviano, ya que ésta es una de las pocas nacionalidades que puede ingresar con visa de turista. Sin embargo, a partir del 1 de abril, los bolivianos también necesitarán un visado especial.
Por eso, Caldera explicó que la única opción que tienen los inmigrantes ilegales para regularizar su situación es pidiendo un permiso por razones humanitarias, arraigo social o reagrupación familiar, ya que no está previsto realizar otro proceso extraordinario de regularización como el del 2005. Sí que se contará con un presupuesto de 2.000 euros para mejorar la política social, educativa y sanitaria de los inmigrantes.
Durante su estancia en Quito, Caldera visitó a los ciudadanos españoles que residen en ese país. Para mejorar su situación y que no pierdan sus derechos, Caldera firmó un convenio en materia de seguridad social con las autoridades ecuatorianas, de forma que se aumenten las pensiones de estos ciudadanos y de sus familias. «Es necesario que las autoridades ecuatorianas se comprometan. La idea del Gobierno español es tratar a los trabajadores ecuatorianos y españoles de la misma forma», añadió.
Además, anunció que los nietos de españoles que residan en el extranjero también podrán pedir la nacionalidad (hasta ahora sólo podían hacerlo los hijos), como hacen países como Italia o Alemania.