MADRID.-
La Sección Tercera de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a 22 años de prisión a los miembros de ETA Irkus Badillo y Gorka Vidal, integrantes de la denominada caravana de la muerte, por los delitos de integración en organización terrorista, conspiración de estragos terroristas y transporte de artefactos explosivos por su intención de colocar en un polígono de Madrid una furgoneta bomba con 536 kilos de explosivos que fue interceptada el 28 de febrero de 2004 en Cañaveras (Cuenca).
El mismo tribunal ha absuelto a Beñat Barrondo de esos mismos delitos y le ha condenado a cinco años de cárcel y multa de 2.700 euros por un delito de colaboración con organización terrorista. Barrondo reconoció en la vista oral que perteneció a ETA sólo 15 días, ya que decidió abandonar la banda terrorista porque «no estaba preparado ni tenía valor» para formar parte de ella.
El tribunal subraya sobre el delito de integración en ETA que en el caso de Vidal y Badillo «existe una vinculación permanente en el tiempo», puesto que ambos «de manera estable ingresan en su estructura organizativa, formando un talde legal con dependencia orgánica de los responsables sucesivamente asignados por la dirección y realizan actos directamente dirigidos a la consecución de los fines del grupo armado».
Respecto a Barrondo, la Sala apunta que su conducta constituye un delito de colaboración, a pesar de que «si bien existe una vinculación orgánica con la banda terrorista de escasa duración temporal».
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